Así recordó el Wigan al hondureño Juan Carlos García
En ese momento el defensor y mundialista fue diagnosticado con Leucemia, por la que fue hospitalizado y puesto en tratamiento de inmediato para evitar que esta se propague.
Más tarde (diciembre 2017) volvió a decaer y esta vez no pudo superarlo y la muerte visitó como intruso su humanidad e invadió su existencia en su pasaje en la vida.
Hoy entre los signos de los semblantes de sus parientes, con quienes DIEZ compartió en exclusiva en casa de sus familiares degustando los ricos platillos predilectos (rice and beans, costilla de res y ensalada de coditos) de Juan Carlos García y remembrando en sus días felices denota una delgada línea de tranquilidad sobreponiéndose en la tristeza de su falta tras luchar al menos tres años con Leucemia.
'Lo recuerdo como que está con nosotros todavía, como que no ha pasado nada porque para nosotros siempre estará en nuestra mente y corazón. Parece que no fuera cierto, pero la verdad eso fue lo que pasó, se nos fue para el cielo, siempre va a estar en nuestros corazones hasta que nosotros nos encontremos con él allá', dijo su hermana Sandra García.
Y agrega: 'hoy lo recuerdo diario a diario, esa semilla quedó dentro de mi corazón. A veces se me viene a la mente que todavía está en Inglaterra'.
Sobre su última vez que compartió un momento con Juan Carlos en vida, recuerda que fue en 'la última Navidad que vino a la casa me preguntó cómo estaba de salud y que si tenía dinero, -lo último que me dio en vida- me dijo resuélvase con esto mama, aunque enfermo siempre me apoyaba con lo que él podía'.
'El tener un hermano gemelo quedan tantas anécdotas y recuerdos memorables como el gol (chilena) que le echó a Estados Unidos. Nuestra relación fue un poco distante porque él viajaba mucho, además del hecho de radicar en Inglaterra y Tegucigalpa. Pero siempre fueron de armonía y palabras de aliento', dijo su hermano, Tomas García.
Entre sonrisas remembrando en buenos momentos sentados en la sala de su hogar, la familia García recordaba al defensor, tatuadas en anécdotas imborrables que les invadía de orgullo y felicidad. Así lo recuerdan, como un luchador y ser humano que nunca se rindió hasta los últimos días.