En el diálogo sostenido con DIEZ tras su adiós de Platense, Anthony Torres desveló aspectos que pocos conocían sobre su vida ligada a Honduras, siendo la forma en que construyó su casa el punto más llamativo.
Lo que desconocíamos es que en el lugar que hicimos la entrevista el 'Chalate' forjó su hogar mientras que en Panamá, su país natal, solo reside por trabajo...
'Gracias a Dios con mi esposa e hijo construimos este hogar, le llamo a la casa 'la institución del fútbol' porque de cada club en que estuve, Platense, Real España, Marathón y Victoria, tiene una identidad o firma', comienza contando el ex jugador.
Para el timonel que apenas estuvo siete fechas en el Tiburón, pese a que le habían prometido, según cuenta, un proyecto deportivo, solo hay gratitud a esta nación. 'Les agradezco que creyeron en mí', dice a los clubes para los que jugó, mismos a los cuales 'les respondí con entrega y gallardía'.
Tiene una definición para cada parte de su casa: 'El terreno fue cuando salí campeón con Platense, en Tegucigalpa... teníamos la deuda pero salimos poco a poco; seguimos trabajando con la señora y salió la oportunidad de ir a Real España, con lo que pude obtener ahí, saliendo campeón igualmente en Tegucigalpa, pude parar la casa (montó la edificación)', recuerda.
Prosigue manifestando que 'seguimos peleando con la señora, fuimos a Marathón, agradezco a Rolin (Peña) y Yankel Rosenthal porque pudimos seguir construyendo y poniéndole cerámica, el cerco... ya en Victoria, gracias al señor (César) Nasthas pudimos concluir el cerco', añadió.
El canalero, que desde 2004 está en Honduras y se siente 'satisfecho' con lo que cosechado, también se acordó de la final perdida con Victoria ante Olimpia, especialmente por una decisión de Benigno Pineda.
'Por una mala decisión, se equivocó Benigno... se lo dije dentro del cuadro (la cancha), me siento tranquilo porque le pregunté y lo único que me respondió es que no la llegó a ver', lamentó años después.
Cerró la anécdota contando que 'por cosas del destino me lo encontré en San Pedro Sula, en un supermercado grande, nos pusimos a hablar cuatro días después y me dijo: 'Anthony, la vi y era mano''.