Hace unos años Marcelo Bielsa en una rueda de prensa siendo entrenador del Athletic Club, habló sobre como hacía la distinción entre lo merecido y lo obtenido. Muchos recordamos el episodio de Fair Play de la temporada pasada frente al Aston Villa. Donde luego que uno de sus jugadores hiciera un gol mientras otro del equipo rival era atendido, Bielsa ordenó a su equipo recibir una anotación para igualar las circunstancias competitivas.
El resultado final de ese partido impidió que el equipo de Bielsa tuviera opción de ascender directamente a la máxima competición del fútbol inglés. El argentino una vez más dejó claro cuales eran sus valores.
Te puede interesar: ¿Por qué algunos rechazan tanto a Antony Lozano?
Hace unos días un futbolista obtuvo una de las más grandes victorias sociales que se recuerdan posiblemente desde que el famoso jugador brasileño de los años ochentas, Sócrates, alzara su voz contra la dictadura de Brasil promoviendo la democracia dentro de su club y luchando por la libertad de su pueblo.
El caso de la actualidad lleva por nombre y apellido Marcus Rashford, internacional inglés del Manchester United que condujo una campaña para hacer rectificar al primer ministro británico, Boris Johnson, en su decisión de no pagar los vales de comida para escolares durante las vacaciones.
Rashford explica que lo hizo porque él sabe lo que significa tener hambre, porque entiende que en su momento él pudo ser uno de los afectados y para recordar el esfuerzo que hizo su madre para salir de esa situación.
Ver: La crítica de Astor Henríquez sobre el trabajo de la Fenafuth en tiempos de Coronavirus
El fútbol se apuntó una de las más grandes hazañas sociales de la historia reciente y más precisamente Marcus Rashford (que como otros futbolistas en menor escala) abogan por la justicia social usando al fútbol como plataforma generadora de cambio.
