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Blog de Gaspar Vallecillo: La importancia de la pelota en la clasificación olímpica de Honduras a Tokio

El entrenador y escritor Gaspar Vallecillo nos recuerda el valor de la pelota para este juego

2021-04-06

'Yo soy muy egoísta en algo: la pelota la quiero para mí. Y no espero que me lo entreguen, si la tienen los rivales tienen que saber que la voy a ir a buscar para volver a tenerla'.

Josep Guardiola

El buen juego y los buenos jugadores tarde o temprano siempre ponen todo en su lugar. La sensibilidad por el juego, el amor por la pelota, el hecho de respetar al individuo y de relacionarse en un entorno; todo eso nos hace mejores formadores. Hoy escribo sobre la pelota, sí, sobre la pelota y la encontrarán en todos los párrafos de este texto, pero algunos no podemos vivir sin ella.

Tener la pelota debe ser una necesidad social para los futbolistas, es gracias a ella que se pueden comunicar en el campo, es el elemento que brinda el juego para poder relacionarse, no podemos concebir este juego sin la misma; la Selección Olímpica de Honduras la respetó al máximo. Es importante recalcar esto, porque por mucho tiempo la pelota vivió en el olvido, el juego, su esencia como tal; estuvo ignorada.

La formación del futbolista como individuo y en un contexto colectivo se debería manifestar la mayoría de las veces con la pelota, es con ella que aprende a tomar decisiones, con la que seguramente se equivocará y vivenciará momentos que trascenderán su vida deportiva. La pelota es un estímulo que provoca emociones, esas mismas son requeridas en la practica de un deporte no lineal.

Los futbolistas diferenciales son aquellos que logran condicionar al rival tomando decisiones con la pelota, la piden y la exigen en espacios donde pueden generar cosas favorables para sus compañeros. Pero este tipo de personas que juegan al fútbol, precisan de las mejores condiciones para desarrollar su técnica, sentirse seguros de verdad jugando el juego que aman y con la comodidad de manifestarse con la pelota.

La Selección Olímpica de Honduras marcará seguramente un antes y después con está clasificación no solo por lograr llegar a los Juegos Olímpicos; pero por la forma como lo hizo. Una generación formada para interpretar y sentir el juego de una forma diferente, con la pelota siempre muy pegada al pie.

Nos queda trabajo, mucho todavía, hacer respetar el juego, su naturaleza propia sin atentar contra su complejidad y belleza. Hay mucho niño que sueña todavía con llegar a jugar en primera división, jugar en la Selección Nacional, clasificar a unos Juegos Olímpicos y competir en un Mundial; a esos niños hay que darles la pelota.