En este duelo de vuelta de los octavos de final disputado en el Camp Nou, ocurrió una acción para discutirla.
Corría el minuto 49 cuando Marcos Alonso pidió penal por un agarrón de Gerard Piqué, que a primera vista parecía muy clara.
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Al final, el árbitro no lo sancionó y dejó correr la jugada. Giroud, delantero de los Blues, se fue encima del réferi y se llevó una amarilla.
El Barça estaba arriba en el marcador por 2-0 al ocurrir esta polémica y de haberse pitado esta falta la historia pudo tomar otro rumbo, pues los ingleses se iban a meter en el partido.