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Tulio Mario Castrillón Tobón, presidente del club blanco, había intentado negociar por algunos líderes del plantel, pero no pudieron llegar a un acuerdo colectivo. Por eso decidió suspender los contratos de 11 jugadores, a quienes les seguirán pagando los aportes a la seguridad social y demás parafiscales, así como los auxilios de vivienda.
Les hará un préstamos de tres millones mensuales para su sostenimiento durante la cuarentena, que se les descontarán de sus futuros salarios cuando se normalice la situación.
Otros 29 empleados de la institución seguirán recibiendo su sueldo completo, mientras que un grupo de 18 personas aceptó reducir sus ingresos.
El Once Caldas insistió en que dadas las circunstancias por la emergencia sanitaria generada por la pandemia del coronavirus y de acuerdo con el artículo 51, numeral 1 del Código Sustantivo del Trabajo, que contempla situaciones de fuerza mayor, no hay vulneración alguna de los derechos laborales y las medidas tomadas por la institución se ajustan a la ley.
La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), sin embargo, calificó públicamente la decisión como “ilegal” y que “va en contra de las directrices del Ministerio de Trabajo', que será el encargado de determinar qué pasará con los contratos entre los jugadores y el club blanco, cuyo último partido oficial fue el 7 de marzo, cuando empató 1-1 frente al América, en el estadio Palogrande.
Otros equipos, como Nacional, Millonarios, Medellín, Jaguares, América y Santa Fe han tomado diferentes medidas para afrontar la crisis económica que se agudizó con la suspensión de la Liga Betplay.
