La Selección

Sueña con Tokio 2020: Luis Ortiz, del Valle de Sulaco al arco de la Sub-23 de Honduras

El portero del Monstruo sueña con meterse en la convocatoria final de Fabián Coito para el Preolímpico de Guadalajara.

2020-03-03

Sulaco, Yoro es tierra de futbolistas... Es más, el departamento mismo ha lanzado al estrellato a cualquier cantidad de elementos que han destacado en el fútbol hondueño.

De ahí es Luis Ortiz, el portero de 23 años que pretende ganarse un lugar entre los porteros de la Selección Sub-23 de Honduras que viajarán a buscar el boleto a Tokio 2020 en el Preolímpico de Guadalajara.

Pese a solo tener una participación en Liga Nacional con Marathón, sus actuaciones en reservas y los buenos comentarios que despierta su día a día en el equipo de primera le han permitido al de San Antonio estar entrenándose a las órdenes de Fabián Coito.

Es una historia llena de sacrificios y esfuerzos pese a la adversidad que venir de muy lejos conlleva. Luis se la cree y lo ha venido demostrando en estos recientes cinco años.

'Quique', quien ha hecho todas las inferiores en el Monstruo y se terminó de criar en Villanueva, Cortés, 'es una experiencia muy bonita, cualquier jugador desea tenerla, pero esperamos aprovecharla de la mejor manera' para irse a la justa preolímpica mexicana.

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El espigado cancerbero asegura que 'cada compañero está esperando la convocatoria para ir a Guadalajara' del 20 de marzo al 1 de abril.

Y para ello, avisa, es necesario 'ir mejorando en el día a día para dar lo mejor de uno'... No hay otra clave, pues solo 'cada quien dando lo mejor de uno' le harán más difícil la decisión al seleccionador uruguayo de la H.

Foto: Diez

Luis Ortiz ha estado siendo observado por Fabián Coito en los últimos microciclos de la H preolímpica y sueña con ser, al menos, el tercer portero en Guadalajara 2020.

SE BRINDA AL MÁXIMO PARA QUEDARSE

Luis Enrique Ortiz Hernández deja en claro que 'estamos trabajando al máximo para poder quedarnos', eso aún siendo uno de los cuidapalos con menos tiempo en el proceso.

El jugador, al que 'un amigo de Villanueva que se llama Charly' lo llevó a la Cueva del Monstruo, muestra su gratitud con la vida y se siente un orgulloso yoreño, es más, le manda 'saludos' a los suyos y, pese a que los ve muy poco, les dice que 'los recuerdo siempre'.