Legionarios

Jonathan Rubio gana almas para Cristo en Portugal

Jonathan Rubio, catracho del Gil Vicente de Portugal asiste todas las semanas a una iglesia evangélica

2016-03-04

El 15 de agosto de 2013, Jonathan Rubio viajó a Barcelona, España, para jugar en la Fundación Marcet, en sus sueños estaba la idea de enfrentar a los grandes y mostrar su talento. Tres años después, el sampedrano ha ido subiendo su nivel y ahora destaca en el Gil Vicente de la segunda de Portugal.

“Estoy feliz de haber jugado contra el Porto. En Copa he tenido mucha más participación, fue algo muy bonito y he podido disputar partidos importantes, aunque lastimosamente perdimos, me quedó la experiencia de haber jugado una semifinal de Copa”, comentó Rubio muy emocionado.

En el partido ante el Porto, el Gil Vicente no pudo y cayó en los dos partidos, pero la experiencia que ha dejado en el hondureño lo llena de orgullo.

“Cuando llegamos al campo solo dije: ‘Qué maravilloso es Dios que me da estas oportunidades’. Desde niño soñé con jugar así, ya había jugado diez minutos en el primer partido, pero al ser titular es una motivación”, comentó.

Poco a poco, Rubio tiene más actividad con el cuadro y a sus 19 años, siente que está viviendo un sueño, poder codearse con los grandes jugadores y por ahora quiere enfocarse en conquistar el ascenso a primera división.

“Estamos a cinco puntos del segundo lugar y quedan 14 jornadas. He tenido minutos y poco a poco espero conseguir ese ascenso y llevar al Gil Vicente nuevamente a primera división”, dijo Rubio.

ADAPTADO Y CRECIENDO
Rubio es todo un soñador, nació y ha crecido en un hogar cristiano, por lo que ahí es donde siente que su vida ha tenido un equilibrio para competir.

“Mi máxima motivación es honrar a Dios con el fútbol porque sé que él es el que me ha dado el talento. Luego quiero honrar a mi familia, a Honduras y a todos los que me apoyan”, contó.

Para el media punta no ha sido fácil llegar con 14 años a Europa. “Ha sido complicado lograr lo que estoy haciendo, pero como yo tengo a Dios en mi corazón, eso me ha ayudado a saltar los obstáculos y en Portugal ya me adapté”, dijo.

Jonathan no fue tomado en cuenta en la Sub-20 que fue al Mundial de Nueva Zelanda, pero no pierde las esperanzas de integrar una Sub-23.

“La Selección es algo que motiva y es lo mejor que le pasa a un jugador. Yo no he tenido esa oportunidad, pero sigo trabajando para tenerla y sé que algún día llegará”, declaró.

VISITA LA IGLESIA
Rubio visita la iglesia evangélica y dice que invita a sus compañeros a acompañarlo, aunque en Portugal es poca la gente de esta religión, son católicos.

“Asisto a la iglesia, estoy sirviendo a Dios aquí y trato de llevar a mis compañeros de equipo aunque aquí hay muy poca fe, se cree muy poco, pero todos necesitamos de Dios y voy a la iglesia Misión Cristiana Evangélica todas las semanas”, contó Rubio.

TESTIMONIO
Y sigue: “Me ha tocado decirle a mis compañeros que Jesús los puede cambiar, que sin él estamos perdidos y algunos se han convertido a Dios y eso es lo primordial porque el fútbol va a quedar y nuestra vida espiritual es para siempre”, mencionó el hondureño.

Rubio es uno de los talentosos catrachos que está poniendo en alto el nombre de Honduras. “Considero que si este año conseguimos el ascenso, será un año redondo, ahora vamos a trabajar para lograrlo”, finalizó Rubio.