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Al término del partido la afición de Juticalpa reaccionó muy molesta con el árbitro Alex Morazán, quien sancionó una falta penal y que ellos consideran no fue correcta.
La cuarteta arbitral se tuvo que apostar en la mediacancha del estadio Juan Ramón Brevé para evitar ser agredidos por los aficionados que gritaban 'árbitro vendido'.
Los tocapitos tuvieron que esperar que llegaran más elementos de seguridad. Después de varios minutos de espera, los árbitros hicieron su ingreso a camerinos y los aficionados les tiraban botes y bolsas con agua.
El tema no terminó ahí, pues varios aficionados no conformes siguieron esperando, gritando y pegándole a las láminas del techo del estadio Juan Ramón Brevé.
SUSPENDIDAS LAS CONFERENCIAS
Producto de esta acción, en Juticalpa decidieron suspender las conferencias de prensa después del juego.