Victoria logró un dramático empate 2-2 ante el Motagua la tarde de este domingo en el partido de vuelta de la semifinal y se clasificó a la final del torneo Apertura del fútbol de Honduras.
En un cierre agónico, el cuadro que dirige el técnico argentino Héctor Vargas logró este objetivo tras empatar en el juego de ida 1-1 y sellar este domingo con la igualdad 2-2 en un encuentro emocionante gracias a los goles de Rubén Licona y un autogol de David Molina.
Los últimos 15 minutos se vivieron con mucha intensidad, con la adrenalina a full y los nervios instalados en el estadio Municipal de La Ceiba que llegó al límite de las emociones.
CON DRAMATISMO
Motagua tuvo el boleto de la clasificación en dos ocasiones, primero porque comenzó ganando a los tres minutos con un zurdazo impecable de Nery Medina. Luego el Victoria los volvió a la realidad con el 1-1 y la moneda se había dado vuelta; pero de nuevo, el equipo que dirige Reinaldo Clavasquín se puso a ganar a los 60 minutos con un cabezazo de César Oseguera.
A partir de aquí el dramatismo se fue sintiendo con más intensidad, el partido entró en una etapa decisiva, sin mañana y con la vieja dósis de romperse los últimos nervios para estar en al fiesta grande. Motagua pagó caro esa presión, se fue expulsado Georgie Welcome tras una patada infantil a la espalda de Rommel Murillo. El equipo ya no fue el mismo y cambió los planes tácticos.
Aún así y a esta altura del partido, Motagua ganaba 2-1 y estaba dando medio paso a la final, pero sabía que le quedaba mucho tiempo. En esta etapa, Victoria se rifó el pecho y se la jugó con todo al ataque, práctico, con oficio...
UN ERROR LES SALIÓ CARO
En el fútbol a nadie se puede dar por muerto, y quizá habrá que agregarle esa tensión que pone los pelos de punta a cualquiera cuando se trata de jugarse el pase a una funal. Victoria lo entendió como a todo o nada... Motagua supo soportar, pero un error le costó el partido.
Resulta que a los 75 minutos, Victoria generó la jugada de su vida y tras un centro por la izquierda, David Molina cometió el error más fatal de su vida, intentó despejar la pelota y más bien terminó acomodándola en la portería que cubría su compañero Donaldo Morales.
Los últimos segundos ya se los imaginarán. Un canto a la desesperación, un manojo de nervios y los gritos al ritmo de ¡dale, dale, vamos, vamos!...
No hubo más tiempo, Victoria confirmó su pase a la final y ahora espera rival, ya sea Olimpia o Atlético Choloma.
