La eliminación del torneo debe servir a Coito para sacar las mejores conclusiones de los partidos previos y de los jugados oficialmente.
Al final el uruguayo llegó con el tiempo apretado, se está habituando al fútbol hondureño y aún está conociendo las diferentes condiciones futbolísticas de la zona. Un proceso es exactamente esto, tener momentos no lineales. Tratar de conseguir ante la complejidad de este juego una regularidad que permita crear un modelo de juego.
Un modelo de juego que todavía no podemos ver, que le está costando encontrar a Coito. Para diseñar un modelo de juego se necesita mucho tiempo, muchos entrenamientos y convivencia con los futbolistas. Estos van a representar las ideas del entrenador. El mediocampo es donde más jugadores ha probado el seleccionador. Porque son los mediocampistas que deben llevar la pauta del juego.
Hemos visto de todo, un doble pivote defensivo con Garrido y Castellanos contra Jamaica, donde se producía poco juego combinativo, dado que ambos jugadores son de tendencia defensiva.
Vimos a un Rigoberto Rivas (que no fue a la Copa Oro) contra Paraguay muy activo y de buen gusto para jugar con sus compañeros cercanos. Ese mismo partido Alex López lanzaba a sus compañeros más lejanos al ataque, cuando Honduras estaba replegada. Ayer jugó Jorge Álvarez y lo hizo bien, Honduras por treinta minutos tuvo un juego posicional muy apto para las condiciones de nuestros jugadores.
Pero hay problemas y son serios. El mediocampo dirige el juego sin importar si las ideas de Coito son más ofensivas o defensivas.
Pero el equipo es una globalidad, significa que para que se vean plasmadas las ideas en su totalidad, cada zona del campo depende de otra, por eso el juego no se puede dividir en defensa y ataque. Los problemas más grandes de Honduras es que no tiene laterales de calidad que marquen una diferencia notable en el juego.
Emilio Izaguirre tiene capacidad para lograr buenos centros pero físicamente no está apto para jugar al fútbol y Brayan Beckeles es todo lo contrario pero no incide en el juego.
El juego, que son las relaciones técnicas de los jugadores con la pelota y sus compañeros, se ve condicionado por el resultado.
Para lograr un marcador favorable se deben meter goles. Un delantero como Rubilio Castillo, que consigue goles, puede ser elemental para la estrucutura de juego de Coito. Con su solo posicionamiento en el área aleja a los extremos de atacar esa zona, porque existe un referente dentro la misma, contra Jamaica pasó al contrario, al momento que Lozano abandonaba su posición de nueve Elis y Quioto buscaban el área constantemente.
Pero el tiempo que tiene Coito es muy corto para mejorar, por eso debe confiar en jugadores diferenciales como Chirinos para conformar su modelo de juego, futbolista que fue educado para interpretar el juego de una forma diferente. De Alex para condicionar el juego con jugadores técnicos como también es Jorge Álvarez. Tener el balón con buenos jugadores aumenta las probabilidades de ganar; al final eso se busca.
