Liga Nacional

Deiby Flores: 'Trabajaba de albañil y vendía pan”

Deiby Flores relata su dura vida antes de convertirse en profesional. El volante del Motagua jugará una nueva final

2016-12-06

Deiby Flores es un cipote talentoso pero que no ha corrido con tanta suerte. Ya estuvo en el extranjero, pero le tocó volver rápido al país, aunque está a punto de irse nuevamente para vivir una segunda oportunidad en la MLS. Su vida no ha sido fácil, pero ha podido sortear los obstáculos. Linda plática.

Deiby, cuando analizo tu hoja de vida me doy cuenta que siempre fuiste un soñador.
Sí, claro, gracias a Dios que siempre lo tuve en mi vida, estaba primero él, me dio las fortalezas, la inteligencia de soñar, siempre tenía un objetivo y siempre lo soñé de la mejor manera.

¿Fue tan difícil la búsqueda de ese sueño que al final se convirtió en una realidad?
Fue muy difícil, apenas era un niño y a esa edad me tocó pasar por muchas cosas que una persona con cierta edad no ha vivido. Fue muy difícil.

¿Cuáles fueron esas cosas que pasaste cuando eras un chavalo?
Yo no tuve una niñez normal, la pasé trabajando, luchando, en el barrio que crecí ocurrían muchas cosas, tuve que pasar por situaciones muy difíciles, te diré que me tocó ver a varios amigos que se perdían, que agarraban la vida fácil, miré a varios que preferían vivir en la calle, coger vicios y todo eso me impactaba demasiado, había drogas, pandillas. Perdí amigos, perdí varios conocidos, la verdad que fue algo muy duro para mí.

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Todo lo que me has contado se dio cuando apenas eras un adolescente. ¿Cómo evitaste caer en ese mal ambiente?
Tuve a Dios a mi lado, siempre estuvo conmigo, siempre me guió por un buen camino, luego la voz de mando de mis padres, ellos siempre estaban ahí, veían que yo agarrara el mejor camino de todos, también había varias personas que me rodeaban y sabían de lo que era capaz de hacer en el terreno de juego, siempre recibía consejos; además, me gustó escuchar a las personas para luego aprender, fue determinante Dios, mi familia y las personas que siempre me dieron un consejo positivo.

Tus aleros en ese momento andaban en pandillas, usaban drogas, asaltaban a las personas y vos no caíste. Sos impresionante.
Gracias a Dios que no caí, mira qué cosa, yo les daba consejos a ellos a que no siguieran en malos pasos, buscaron la manera de involucrarme en malos caminos, pero no puedo decirte que me intentaron obligar a hacer lo que ellos querían, cuando me ofrecían algo malo, claro que lo hacían, pero todo dependía de mí si lo agarraba o no, siempre había una voz que me decía que me negara; además, siempre tuve una meta, un sueño que debía hacer realidad, pues pensé que si yo agarraba o probaba las drogas que mis amigos me ofrecían, los objetivos se vendrían abajo.

Foto: Diez

Deiby Flores cuando atendía al periodista de Diario DIEZ, Limber Pérez.

¿Qué era lo que más te ofrecían tus panas?
Marihuana, alcohol, a eso era lo que podían aspirar en ese momento, para eso tenían capacidad económica, te diré que aquí donde me mirás no tengo ningún vicio, soy un futbolista que no bebe, no fuma, nada de eso. Siempre pensé en mi familia, con mi mamá, mi papá, pasábamos por una crisis en la casa, nada era fácil, de nada me servía perderme en la droga o en el alcohol, cuando yo tenía en mente sacar adelante a mi familia.

¿A qué te refieres cuando hablas de una crisis en la casa?
Muchas veces no había nada que comer en la casa, te diré que una vez más, mi niñez no fue normal, como cualquier otro cipote, desde que tenía diez a doce años comencé a trabajar para llevar el pan de cada día al hogar, sabía cómo mis padres se sacrificaban, los vi dejar de comer para que la comida ajustara para nosotros.

¿De qué trabajabas a esa corta edad?
De lo que me saliera, de albañil, de vender pan, trabajaba de muchas cosas. Vendía naranjas, siempre buscaba hacer algo y llevar 10 o 20 lempiras a casa, miraba a mi gente sonreír, a pesar de que a mis papás no les gustaba que yo trabajara, apenas era un niño, pero no había de otra, siempre quise salir adelante. Siempre fui un niño que tenía un sueño y un objetivo.

¿Sentís pena por tu pasado hora que has cruzado la frontera y que tu nivel de vida ha mejorado?
No, nunca puedo sentir pena por mi pasado, al contrario, siento orgullo, no me da pena decirlo, no es cualquier joven que pasa por lo que yo viví y sale adelante, pude haberme perdido en lo más fácil como hacen muchos. Cómo no me voy a sentir lleno de orgullo, no hice nada malo, todo lo que realicé fue para bien propio y de mi familia, te diré algo, lo que pasó en ni niñez me fortalece cada día para llegar a donde estoy ahora.

Tras fichar con el Whitecaps, ¿estabas preparado para ese cambio radical?
Siempre trabajé y me esforcé para esa oportunidad, esa es la verdad, a mi corta edad fue algo inesperado, pero para eso me preparé cada día, para darme una oportunidad en el extranjero. Siempre estuve listo, para eso lucho. Te diré que fue algo muy difícil la adaptación, siendo muy joven y solo en Canadá, el cambio de vida, es muy diferente y creo que eso me costó un poco, al final tuve que adaptarme de cualquier manera.

Cuando comenzaste lo hiciste de la mejor manera, con clase, con personalidad, pero luego todo se acabó.
No es que todo se acabó como decís, el primer año jugué bastante, me dieron muchas oportunidades, tenía las puertas abiertas, el entrenador confió mucho en mí y aún sigue haciéndolo, fue un año inolvidable, caso contrario a este, ha sido uno de los peores de mi vida, las lesiones me han pasado factura, lo importante acá es rectificar y reconocer que hubo cosas que dejé de hacer, soy muy consciente de eso, me he hecho una autocrítica y he reconocido que fallé en ciertas situaciones, ahora iré con una nueva mentalidad, voy con un nuevo objetivo.

¿En qué crees que fallaste para que regresaras a Honduras?
Fallé en ciertas cosas, esa es la verdad, siento que me relajé cuando el equipo compró mi ficha, eso me pasó factura, pensé que si había jugado muchos partidos el año pasado, en este iba jugar más de la cuenta, tenía mala la mente.

¿Qué pasó después que bajaste la guardia, te creías el argentino Fernando Redondo?
No, para nada, siempre luché en los entrenamientos, soy un luchador, sé de dónde vengo, antes de entrar a la cancha siempre cierro los ojos y me doy cuenta inmediatamente de dónde salí, en los entrenamientos nunca tuve problemas, soy el primero en llegar y el último en irme, ha sido un consejo que me han dado varios jugadores, siento que fallé en lo mental y en lo psicológico.

¿Cómo era tu vida en Vancouver, creíste que la ciudad te pertenecía?
La verdad que no, nunca creí que me pertenecía, te diré que pasaba mucho tiempo en casa, me costaba comunicarme con la gente, era muy raro que saliera, si lo hacía era para hacer un trámite personal, no pienses que andaba de fiesta en fiesta, no lo hago aquí en Honduras, no me agradan mucho las fiestas, tampoco es que creí que bastaba con haber fichado para un equipo de la MLS, siempre he pensado en grande, sigo creyendo que mi objetivo final es ir a jugar a Europa.

Lo dijo Deiby Flores:
'Sigo sosteniendo que mi problema en Canadá lo que me afectó fue lo mental y lo psicológico, no terminé de creer en el lugar en donde yo estaba'.

'Lo bueno del fútbol es que me han dado cosas buenas, que estoy preparado para todo, me impactó mucho cuando me dijeron que iba a regresar al país”.