Todo iba destinado al “papelón” pues la Conmebol tomó a la bicolor como plato de segunda mesa y la invitó en vista que Argentina declinó jugar el certamen y como se pudo, Ramón Maradiaga armó un equipo que nunca se imagino tal proeza.
Los mensajes peyorativos al grupo no faltaron y más cuando se inició perdiendo en el debut contra un conocido rival, Costa Rica.
Pasaron los partidos y la selección se recompuso hasta llegar al 23 de julio del 2001 cuando la cita con la historia fue en el Estadio Palo Grande de Manizales y todo apuntaba a un derrota. ¿Por qué? nuestro rival era la poderosa Brasil.
Julio César de León fue una de las grandes figuras en ese partido.
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Como se esperaba, Brasil con Juninho Pernambucano, Emerson, Belleti y compañía llevaron la iniciativa del encuentro pero los catrachos salieron adelante y es que tenían el apoyo de 42 colombianos en el recinto, apoyo que se dio pues querían fuera a los cariocas y se contagiaron del buen fútbol que practicó en sus encuentros previos la “H”.
La gesta comenzó a capitalizarse al minuto 58 cuando “Rambo de león” se metió al área y tras un recorte, mandó un centro con la izquierda que logró cabecear Saúl Martínez, el balón pegó en el poste y de manera involuntaria le rebotó a Juliano Belleti, fue así como se daba el 1-0.
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El cinco veces campeón del mundo buscó de cualquier manera el empate, la suerte estaba con nosotros pues esa era la noche para escribir con letras doradas la historia. Cuando se agregaron cinco minutos de descuento se pensó: “quieren que empate Brasil” pero no fue así.
Ninrod Medina marcando a Denilson, el catracho fue de los mejores jugadores en ese certamen.
Fue algo lindo, es bonito recordar los grandes momentos del balompié catracho que propiciaron después sendos logros como el puesto número 20 de la bicolor en el ranking Fifa tras esa Copa América, la mejor posición en la historia de Honduras.