Segunda División

Roberto 'Chato' Padilla: 'En el Ascenso uno tiene que ser un todólogo'

El técnico del Villanueva FC habla del pase a la final del Apertura, el secreto de lo que hace y sus objetivos.

2017-12-11

La Liga de Ascenso ya tiene el primer finalista. Por segunda vez, el Villanueva FC se apunta para pelear hasta lo último de campeonato. Es una sorpresa, los tigres cañeros cuentan con poca inversión y un equipo repleto de jóvenes.

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El arquitecto de este proyecto es Roberto Carlos 'Chato' Padilla, que ha empezado en la 'Ciudad que endulza a Honduras' lo que parece una prometedora carrera en los banquillos. El 'Chato' es un 'loco' que sabe lo que habla y hacia dónde guía su manada.

En una charla, el técnico revela algunos secretos de su equipo y nos cuenta de su filosofía. Sus metas no lo desesperan ni lo desquician, pero tiene claro hacia donde va acompañado de sus sueños.

Segunda final en el Ascenso ¿Cómo se siente?
La verdad no es fácil estar peleando finales consecutivas, y más con equipo modesto y humilde como lo es el Villanueva. Es un privilegio.

¿Cuál sido el secreto?
Nos basamos en tres cosas: Dios, Trabajo y disciplina. Hemos hecho un grupo de jóvenes. Cuando llegué hace tres años al equipo habían jugadores de renombre, pero sí hay alto costo no vas a tener la capacidad de pagar. Entonces les vendí la idea de un proyecto comunitario, que significa buscar y formar jóvenes. Uno de bajo costo. Les dije a los directivos que si me tenían paciencia después iban a gozar. Hoy el Villanueva puede gozar que el 70 u 80% del equipo es de la localidad.

¿Cómo hace un loco para llegar a una final?
Sinceramente para estar en esta profesión tenés que estar loco. Debes tener esa capacidad de convencimiento, esa chispa. Mis abuelos me enseñaron algo en una frase, me dijeron -hijo, para pegar botones, tenés que aprender a pegar botones- Esto significa mucha pasión, entrega, sacrificio y capacitación. Lleva un montón de ingredientes. Empecé como preparador de porteros. Toda esa información a mí me fue enriqueciendo.

Foto: Diez

¿Ha tenido grandes entrenadores?
He tenido grandes entrenadores. Lo digo con mucho orgullo, el caso del profeso Chelato que me ayudó muchísimo. Y Manolo también, que paso en contacto con ellos. Cada día tenes que capacitarte.

¿Qué le dice a los muchachos para motivarnos?
Lo que les vendo primero es Dios, después sigue la obediencia, la disciplina, el carácter y la amistad. Hay que convencerlos que el profesionalismo los va a llevar al alto rendimiento. Manejamos conceptos una buena alimentación y buen entrenamiento. Es el fútbol moderno, es cuando ellos se convencen que habrá buenos dividendos. Buscamos también hacer un grupo, la familia, que el dolor de uno sea el del otro. Todas esas ideas se las vendemos, les digo que no me gusta ningún jugador que juegue con presión, que lo haga con la obligación. Uno para ir a una examen y aprobar la clase tiene que estudiar.

¿Qué historias tiene en sus equipos?
Tengo dos o tres que trabajan en particulares. Además, tengo cuatro que están en la universidad y en próximo van a ingresar quizás la misma cantidad para tener unos siete u ocho en la primera enseñanza. Trato de que ellos se muevan en tres cosas: primero la persona, luego el profesional y después el futbolista. He roto el paradigma, voy primero a la persona. Si es un profesional no te vas a complicar en pedirle las cosas porque él sabe entender, que es lo importante.

¿Hasta dónde se ve como entrenador?
Yo tengo un pensamiento, los sueños se hicieron para soñarlos. Son los vehículos que te van a llevar al futuro. Soy un hombre de desafíos. Yo no miro a Olimpia, Motagua, Marathón o Vida, no veo nombres lo que miro son oportunidades de trabajar. Tengo mis reglas y mi disciplina. Es que el fútbol es rendimiento, yo no tengo que exigir nada a nadie, quien no hace lo que debe tiene salir. Cuando se me dé la oportunidad de un proyecto en algún lado yo no tengo ningún problema.

¿Va sin prisa?
He aprendido que en la vida que todo lo que puede durar debés poner bien los cimientos. He ido despacio, trabajé con las reservas de Marathón, dejé casi 10 jóvenes el caso de Allan, Darvis, Víctor Berríos, Henry Romero, entre otros. Incluso trabajé con niños en una escuela. No tengo prisa, si me sale un equipo de Primera División lo voy a tomar como un trabajo, esto lo hago con pasión. El trabajo no te garantiza el éxito, pero te acerca.

Foto: Diez

¿El éxito en la Liga de Ascenso es complicado?
Difícil, es una buena escuela. Al compañero que le puedo decir, le digo -tome esa escuela porque lo va a formar-. Yo soy entrenador, asistente, a veces me toca de utilero, ando poniendo cintas, de suerte tengo la ayuda de Raúl Mayorga en la parte física. Uno tiene que ser 'todólogo'. Ahí se mueven un montón de cosas, pero eso hace sacar lo mejor de uno. Entonces uno dice si mi filosofía funcionó en un lugar donde era un desierto, cómo no será en tierra fértil. Esa es mi creencia, por ahora disfruto el trabajo. Es que me gusta ganar, soy insaciable para el éxito.

¿Será que su equipo tiene esta vez para ser campeón?
Claro, el año pasado se nos negó la posibilidad. Con todo respeto para la UPNFM, tuvimos siete ocasiones de gol, ellos solo tuvieron una. Mi filosofía es siempre buscar ganar donde esté, si me toca hacerlo en la luna, en marte, en cualquier lugar... Tengo la filosofía norteamericana, ahí no existe el empate. Les digo a mis jugadores que hay que ganar donde sea.

Hacia donde apunta más su filosofía ¿ al fútbol alegre de Chelato o al de equilibrio de Keosseián?
La palabra equilibrio es obsoleta, se dice balance. El fútbol es defiendo y ataco. El fútbol moderno se dice que hoy se rompieron los esquemas, el fútbol hoy pasa por tener gente inteligente, por eso me gusta que mi jugador estudie porque cuando pasa eso lo táctico pasa a segundo plano. Ahora un defensa puede atacar, un atacante defender, yo estoy enamorado de esa filosofía, pero tiene que ir acompañado de un método de trabajo.

Foto: Diez

¿Quién es Roberto 'Chato' Padilla?
Soy un tipo ganador. No me gusta perder, me gusta ganar. También me gusta respetar, mis padres me lo enseñaron, me enseñaron a ser agradecido. En la vida todo en exceso es malo, menos ser agradecido. Me gusta ser leal. No tengo hora de entrada ni hora de salida. Busco la perfección, algunos dicen que nos existe, pero si la buscamos. Ese tipo soy, uno que no tiene límites, para mí no existe. Soy creyente en mi Dios, que siempre me dice -ve y conquistalo-. Ese tipo soy, trabajador y luchador.