Ingrid Oliva Hernández de 26 años de edad ha dado un paso más en la igualdad y el fútbol, al ser la primera mujer en dirigir técnica y administrativamente su propio equipo de fútbol masculino Bayer, afiliado a la Liga burocrática Elsa Bonilla de la colonia San José de La Ceiba.
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El anuncio corrió como la pólvora porque rompe moldes en un mundo dominado por hombres, donde es habitual ver a entrenadores masculinos dirigiendo equipos y selecciones pero no una mujer dando indicaciones a un plantel de 23 varones.
Cuando Ingrid le toca regañar a sus jugadores no tiene problemas para hacerlo.
Y agregó. 'Al principio no tenía valor para dirigir desde el banquillo pero mi capitán Frankiln Jhonson me motivó a hacerlo y hasta el momento no he defraudado. Los muchachos me hacen caso, me respetan mucho porque soy muy exigente. Voy a sacar los cursos de entrenadora porque en el futuro me gustaría dirigir un equipo de segunda o primera división, en la vida hay que soñar y aspirar a cosas grandes.
Ingrid Oliva nacio el 15 de febrero 1990 en La Ceiba, es Bachiller en Ciencias y Letras, está casada y es madre de tres hijosy está casada, además confiesa que es admiradora del Barcelona de España y su técnico Luis Enrique. En la Liga nacional es fiel seguidora del Vida.
'Con mi esposo he aprendido mucho, él tiene varios años de dirigir y he aprendido sus técnicas. En la colonia me admiran porque soy la única mujer dirigiendo un equipo de fútbol masculino, los jugadores de mi equipo y los jugadores de los equipos rivales me tienen mucho cariño y respeto', enfatizó.
Este es el Bayern de La Ceiba, club que dirige Ingrid en la Liga de la Colonia San José.
LOS PIROPOS QUE LE TIRAN DESDE LA GRADERÍA
Oliva no pasa desapercibida cada vez que salta a su área técnica porque siempre hay hombres que le lanzan piropos por su escultural silueta.
'No hay partido que no me digan cosas los hombres en las graderías pero no son cosas vulgares, me dicen que soy bonita, que les gustaría que los dirigiera y otros me piden el número de mi celular, creo que son cosas normales, lo importante es que no me faltan al respeto con groserías'.