Los nuevos modelos Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge vendieron de forma combinada 60.000 unidades el viernes y 40.000 el sábado en el país asiático, según mostraron datos de la industria recogidos hoy por la agencia local Yonhap.
Los terminales salieron a la venta el 11 de marzo en más de cincuenta países, entre los que se incluyen España, el resto de la Unión Europea, Estados Unidos, China y otros mercados.
El Galaxy S7 posee una pantalla de 5,1 pulgadas y estructura convencional, mientras que el S7 Edge es de 5,5 pulgadas y posee bordes curvos.
Ambos teléfonos presentan como principales novedades la resistencia al agua, una mayor potencia y una cámara más rápida.
Samsung espera que la serie Galaxy S7 juegue un papel decisivo en la revitalización de las ventas de su división de negocio orientado a la telefonía móvil, que se ha mantenido muy por debajo de las cifras que solía registrar en su momento álgido.