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El escocés se vio obligado a terminar hoy el duelo que había quedado interrumpido la víspera por falta de luz cuando había perdido los dos primeros sets, ganado el tercero y encarrilado el cuarto.
Con el susto en el cuerpo se había ido a dormir el número dos del mundo ante el genio heterodoxo de un Stepanek que le puso una trampa en cada raquetazo y le tuvo contra las cuerdas.
A dos puntos de eliminarle estuvo en dos ocasiones, pese a sus 37 años (el más veterano en París desde Jimmy Connors en 1992) y a que el checo se coló en el cuadro final a través de la fase previa.
Todo lo contrario que el número uno del mundo, que apenas tembló contra el taiwanés Yen-Hsun Lu, al que derrotó por 6-4, 6-1 y 6-1 en hora y media.
En la búsqueda del único Grand Slam que falta en sus vitrinas, Djokovic se reencontró con la pista central de París, donde el año pasado perdió la final contra el suizo Stan Wawrinka y no tuvo piedad del 95 del ránking, que solo resistió el primer set, cuando incluso rompió en una ocasión el saque del serbio.
Pero luego fue un camino de rosas para 'Nole', que en la siguiente ronda tendrá otro rival accesible, el belga Steve Darcis, procedente de la fase previa y que tiene el cartel de 161 del ránking.
Tampoco tuvo problemas Nadal, que en doce debuts en París nunca había tenido uno tan fácil. En 80 minutos acabó con el australiano Sam Groth, por 6-1, 6-1 y 6-1, que ofreció un festival de errores y que demostró que el juego de saque y volea no sirve para la tierra batida.