Todo inició al minuto 50 del partido cuando el réferi José Estrada expulsó al timonel del equipo de La Paz, él ingresó al campo y la Policía lo llevó detenido a la posta.
“Estuve prácticamente cuatro minutos inconsciente en la patrulla, cuando llegué a la posta, me pegaron tres culatazos”, manifestó Jesús Rodríguez.
Tras los fuertes reclamos, los miembros del orden decidieron llevárselo a la posta.
“Cuando me llevaban para afuera llegó un militar y me pegó tres golpes por la espalda con el puño, fue cuando me paré y le consulté por qué me pegaba si no era ningún delincuente”, recuerda Rodríguez.
Y agregó: “Fue cuando aparecieron otros por los costados agarrándome del brazo y otro del cuello, después con violencia me llevaban como si fuera el criminal más grande del mundo, solo faltó que me pusieran las cadenas”.
El DT relató que los insultos no se hicieron esperar por parte de los miembros de la Policía: “Me trataron de lo peor, de maricón, basura y de qué lloraba, que uno era bueno solo para hacer relajo y que mejor me hubieran pegado un tiro en el campo”.
“Cuando llegó el bus también querían tener problemas con los jugadores, después nos venimos con todo el equipo, pero lo que hicieron conmigo no tiene nombre”, cerró.