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Los vínculos de Abramovich con Putin que lo apartan del Chelsea: lo que hizo por el presidente ruso y su fortuna al descubierto

La prensa británica publicó que el dueño de los ‘Blues’ tiene prohibda la entrada al suelo inglés.
El dueño de los ‘Blues’ tuvo que hacerse a un lado luego de ser señalado en el Reino Unido por mantener lanzos con Vladimir Putin, el presidente ruso que lidera los ataques contra Ucrania.

Roman Abramovich, que se convirtió en uno de los hombres más ricos de Rusia sobre las ruinas de la URSS, es el dueño del Chelsea, vigente campeón de la Champions League, pero cedió el sábado la gestión del club, en mitad de la tormenta por sus lazos con el Kremlin.

Este millonario de 55 años, con reputación de tímido, tomó ciertas distancias con la entidad inglesa que posee desde 2003 luego que el Reino Unido acentuara la presión sobre los oligarcas rusos tras la invasión de Ucrania.

Abramovich comunicó que la gestión del Chelsea pasaba a los administradores de la fundación caritativa del equipo, pero seguirá siendo el propietario. Por ahora el empresario, que además tiene una inmensa residencia en un lujoso barrio de Londres, escapa de las medidas del gobierno británico, que ya congeló los bienes de Vladimir Putin y de otras figuras cercanas.

Las autoridades inglesas avisaron que contemplan sancionar a los oligarcas próximos al Kremlin, alimentando así las especulaciones sobre si Abramovich sería añadido a la lista.

El estallido de ‘guerra’ entre Rusia y Ucrania fue la gota que colmó el vaso para Abramovich, que ha tenido problemas en Reino Unido desde hace cuatro años, cuando dejó de usar su visado de inversor por el deterioro en la relación entre Inglaterra y los rusos por el incidente de Salisbury, en donde un agente que trabajaba para el M16 fue envenenado con su hija.

Fue entonces cuando Abramovich comenzó a utilizar un pasaporte israelí (tiene esa nacionaliad y la portugresa) para poder entrar al Reino Unido, aunque lo hacía con menos frecuencia que antes. Desde el 2018 apenas asistía al Stamford Bridge para ver a su equipo. La última vez fue en noviembre del 2021 por un viaje familiar.

Las autoridades británicas, por medio de Chris Bryant, aseguraron que el todavía dueño del Chelsea está en la mira por sus vínculos con el estado ruso. ‘‘Abramovic sigue siendo un tema de interés para el país por sus enlaces con Rusia y por su asociación con actividades corruptas. Un ejemplo de ello es que admitió en un juicio haber pagado por influencias políticas’’.

Y añadieron: ‘‘El Gobierno está centrado en asegurarse que aquellos que están relacionados con financiación ilícita y con actividades delictivas no pueden asentarse en el Reino Unido y usaremos todas nuestras herramientas, incluso las leyes inmigratorias, para prevenirlo’’.

Medios británicos informaron que los funcionarios de inmigración no dejarán pasar al dueño de los ‘Blues’ a tierras inglesas, ya que tendría fuertes vínculos con Putin. En Inglaterra están convencidos de que el mandatario ruso obligó a Abramovich a comprar el Chelsea para limpiar y mejorar su imagen en Gran Bretaña.

‘‘¿Debería seguir teniendo un equipo de fútbol en este país? ¿No deberíamos estar pensando en incautar sus bienes y asegurarnos de que gente que ha tenido el mismo visado que él no incurre en actividades ilícitas?’’, se preguntó Chris Bryant, que no tiene dudas de que el presidente del Chelsea tiene lazos con Putin.

Sin embargo, Abramovich siempre se ha defendido de las acusasiones que lo relacionan estrechamente con Putin. Lo cierto es que sus actividades en el Reino Unido son un problema para el gobierno de Londres, presionado para poner fin a los flujos de dinero ruso, en ocasiones de dudosa procedencia.

Roman Abramovich forma parte de los empresarios que se enriquecieron de manera fulgurante en los años 1990, tras la instauración de una economía de mercado en Rusia. Ganó además una influencia política considerable.

En 1996, el gobierno de Rusia cedió la mayoría de las acciones del gran grupo petrolero Sibneft por 100 millones de dólares, una fracción de su valor real. Las acciones terminaron en la cartera de Abramovich, que las vendió al gigante público Gazprom por una altísima cantidad.

Del petróleo al aluminio pasando por los automóviles, su fortuna creció con gran rapidez. Financió la campaña de Boris Yeltsin y sus llegadas al Kremlin, donde los oligarcas tejen estrechas relaciones con el entorno del presidente.

Según la prestigiosa revista Forbes, su patrimonio es de 13.000 millones de dólares. Su vida lujosa queda a menudo fuera del alcance de los medios, pese a tener un yate, el Eclipse, de 162 metros de longitud. Desde que tomó al Chelsea en 2003 ha ganado cinco Ligas y, sobre todo, sus dos únicos títulos de Champions League.

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