Primero quiero dejar claro que Carlo Costly es un ídolo de nuestro fútbol y nada de lo que diga Pinto va a cambiar mi forma de pensar sobre el Cocherito. Costly es una parte importante de la historia de nuestro fútbol mientras que Jorge Luis Pinto equivale a muy poco para esa historia.
Pinto llegó agrandado y se fue más agrandado (de dinero por lo menos) a pesar de firmar un fracaso rotundo con nuestra Selección Nacional. Nunca en la historia del fútbol hondureño se invirtió tanto por una eliminación a una copa del mundo. Pinto tuvo todo el respaldo. Se le autorizó y se le apoyó en todo lo que pidió.
Jorge Luis Pinto no pudo llevar a Honduras al Mundial de Rusia, aunque condujo a la Sub-23 a unos cuartos de final de las olimpiadas en Río de Janeiro.
Pinto en Honduras fue como un huracán categoría 5. Arrasó con lo que había y nos dejó pelados. Sin dinero, sin proyecto definido, sin figuras a futuro, sin un plan. En fin. Por supuesto que no todo fue su culpa. Lo dejamos hacer lo que él quisiera y cuando reaccionamos ante el caos ya era muy tarde.
Y luego su típica y habitual respuesta ante una crítica. “Yo fui quinto en el mundial (en realidad fue octavo, que siempre es un gran logro), yo le gané a Italia, yo fui cuarto en los Olímpicos”, etc. Yo, yo y yo. Profesor, usted es un buen entrenador, pero su carácter y su gigantesco ego lo traicionan. Nadie le desconoce lo que ha conquistado. Le discutimos su forma de actuar que no siempre le permitió ganar y que incluso muchas veces le llevó al fracaso.
'Pinto contestó exactamente como lo hacen los locos y los puteadores. Los locos son impulsivos. Primero disparan y después analizan'.
Y la verdad no me sorprende en lo absoluto porque Pinto contestó exactamente como lo hacen los locos y los puteadores. Los locos son impulsivos. Primero disparan y después analizan. Y cuando disparan hasta pierden la cordura y putean a diestra y siniestra. Así que, don Jorge Luis, al final del día usted lo que hizo fue darle la razón a nuestro ídolo y goleador Carlo Costly.