Pedro Troglio y la 'Trogliomanía” que ha puesto de cabeza al fútbol hondureño

Hecho a prueba de balas desde muy pequeño, Pedro Troglio tuvo que sufrir para salir adelante. Forjó su carácter desde chico, como él mismo lo ha confesado.

En Argentina, junto a sus padres y hermanos un día perdió todo por culpa de una inundación en su comunidad y tuvo que trabajar en una fábrica de muebles, además de ayudar a su papá en el trabajo de campo, entre caballos y vacas.

'Ayudaba a mi papá a curar las vacas, que estaban abichadas en las pezuñas. Mi viejo fue domador de caballos y yo disfrutaba mucho cuando agarraba las vacas. Tiraba la soga y, cuando la soltaba entre mi hermano, él y yo tumbábamos la vaca y la metíamos en un lugar done las curábamos. Yo tendría 12 años'.

Así forjó su carácter poco a poco, hasta hacerse camino en el fútbol, primero como jugador y luego como entrenador, una profesión a la que se resistía siempre. “Es que el técnico nunca tiene tiempo libre, disfrutaba el fútbol más como jugador, pero esto es lo más cercano de seguir haciéndolo”, ha dicho el argentino.

Pedro Troglio no es un tipo cualquiera, como jugador fue campeón con River Plate en 1986 y sub campeón el mundo con Argentina en el Mundial de Italia 1990. Amigo personal de Diego Maradona y de otro grande, Claudio Caniggia, además un declarado seguidor de Carlos Bilardo, histórico técnico de su país.

Desde su primer día en Honduras ha causado impacto y no solo por su amplio palmarés como jugador profesional y como técnico, sino por esa pasión desbordada por su profesión, carisma, ser frontal para decir las cosas y hacer un gran trabajo con el proyecto que le han encomendado: Olimpia.

“Al fútbol lo concibo de una sola manera: con pasión”, dijo en una entrevista a la revista El Gráfico de Argentina, hace algunos años. Y esa pasión es evidente. El tipo se pone las botas, mete las manos al fuego, el pecho y todo lo que pueda, por su trabajo y por sus jugadores. Es así que luego de tres años de sequía le devolvió la alegría al olimpismo coronando un campeonísimo histórico en diciembre de 2019, además de estar haciendo un buen trabajo en los torneos internacionales. Fue semifinalista en la Liga de Concacaf y ahora metió al Olimpia en los cuartos de la Concachampions.

Su sello en el Olimpia se ha visto de inmediato. Ha recuperado el ADN ganador del equipo más triunfador en el fútbol hondureño.

Le ha plasmado su carácter, personalidad y sobre todo su pasión. Lógicamente, en este deporte, algunas veces te sale bien y tras no tan bien, pero es parte del juego, algo que asimila muy bien Pedro Troglio. “No sos el mejor cuando ganás y tampoco el peor cuando perdés, hay que verlo así”, ha reiterado en varias ocasiones el de Luján (provincia al noreste de Buenos Aires, Argentina).

Llegó al Olimpia en junio del 2019 y desde que se puso la camiseta se ha comprometido con la causa. La dirigencia le ha dado todo el apoyo y sus jugadores, a quienes defiende a muerte, le han respondido en la cancha de buena manera.

Su relación con el plantel de futbolistas es bueno, pues entre tantos códigos que maneja como entrenador, esa parte no la descuida por nada del mundo. “Puedo divertirme con mis jugadores y aceptar sus bromas, pero ellos saben que yo soy el que manda”, ha confesado.

Su imagen está por encima del plantel y los futbolistas están comprometidos con él. La afición olimpista está vuelta loca con él, que en poco tiempo se les ha metido en el corazón. Lo respetan y como dicen los mismos argentinos, lo “bancan” (respaldan). Se ha acercado a la gente, les da su lugar y eso hace que se encariñen mucho más con él.

Tipo sencillo, humilde, trabajador, enfocado y que ni un solo día de su vida deja esa pasión con la vive el fútbol. Nuestro país ha ganado mucho con su presencia y con el legado que seguramente dejará, hasta el día que él decida estar por acá, pues seguramente ya debe estar pensando en nuevos retos a mediano o largo plazo.

Aunque el mismo Pedro Troglio diga que en Honduras no hay una 'Trogliomanía', es evidente que ha desatado una locura en el fútbol catracho. La afición olimpista se ha enamorado del técnico argentino gracias a su carisma y buen trabajo. Incluso, hasta sus rivales suspiran por él.

La imagen hace algunos días en el estadio Yankel del Marathón, fue una muestra, Olimpia había ganado el clásico y los aficionados verdolagas en lugar de irse molestos, buscaron la manera de acercarse al técnico argentino para tomarse una fotografía con él. Ese respeto se gana y Troglio en el largo viaje que ha emprendido en el fútbol, ha podido ganárselo en cada lugar donde ha estado.