Liga Nacional

Omar Elvir en el Loco de Limber: 'Me fumaba 20 ó 30 cigarros al día'

El lateral izquierdo de Motagua se confiesa y revela detalles íntimos de su vida

2016-04-19

Omar Elvir surgió, como muchos de nosotros, de un lugar humilde, con serios problemas sociales, pero que gracias al fútbol pudo salir adelante.

Este cipote tuvo sus momentos de locura en su adolescencia, pero por fortuna ha recapacitado. Ahora lleva una vida cercana a Dios y están intentando seguir creciendo como jugador profesional. El “Burrito” contó un lado de su vida muy privada.

Creciste en la Sosa, una colonia muy conflictiva ¿Cómo fue tu vida en esa zona de la capital?
En lo personal, me siento muy orgulloso de haber nacido en la Sosa, a pesar de lo que se dice, pero realmente es una colonia que los siempre hemos vivido ahí nunca tenemos ningún tipo de problema y si me tocara volver a nacer y crecer de nuevo, espero que sea en la Sosa.

TAMBIÉN: SALVADOR NASRALLA Y SUS PICANTES REVELACIONES EN EL LOCO DE LIMBER

Tan seguro te sentías en un lugar donde a muchos no les gusta estar. Si hasta los militares les da miedo entrar a la Sosa.
No es así, está mal catalogada, los lugares conflictivos son los que están alrededor, donde la policía piensa dos veces en entrar, pero a la Sosa entras y salís sin ningún problema. No es que vas a llegar y te vas creer dueño de la colonia, no, para nada, de lo contrario te ponen en orden.

Foto: Diez

Lo que pasa es que tu colonia se ha caracterizado por ser un botadero de cadáveres. ¿Nunca tuviste miedo que algo podía pasarte?
En la colonia se vivió una etapa muy brava, conflictos por territorio de las maras, pero yo nunca me vi afectado, no pertenecía a ninguna pandilla y como no me vinculaba con ellos mi mamá nunca pensó en salirse de la colonia. Yo casi no di problemas cuando era un adolescente, cuando me tocó salir de la colonia fue hasta que forme un hogar y nació mi hija.

¿Cómo era un día normal para vos en tu barrio?
Tranquilo, no sé qué tanto miedo le tienen a la Sosa, yo me levantaba muy temprano, tomaba mi desayuno y me iba al colegio, regresaba solo o con ciertos compañeros de clase y por la tarde se jugaba la potra. Por la noche nos reuníamos en cierta esquina de la colonia a platicar.

¡Tu madre pasaba con el corazón en la mano!
Sí, mi mamá siempre andaba muy pendiente, pero más que todo por ese instinto de madre. Yo en lo personal no sentía ningún tipo de temor. Al contrario, los mareros de la zona nos protegían.

¿Pero cómo convivías entre los mareros?
Siempre con mucho respeto. Nunca me he considerado una persona problemática, era callado, me llevaba bien con todos, aún sabiendo que las personas con las que me reunía eran por rato complicados, pero mi madre siempre me inculcó buenos hábitos y modales.

PEDRO ATALA A LIMBER PÉREZ: 'LE TIRÉ UNA BOTELLA EN LA CABEZA A OSMAN MADRID'

Entiendo que creciste solo con tu mamá. ¿Qué tanto influyó eso en tu vida?
Por las circunstancia de la vida, mi papá tuvo que viajar a los Estados Unidos. La ventaja que siempre fue muy responsable, es cosa de agradecer, a pesar de la distancia siempre se mantuvo muy comprometido con la casa. Es claro que mi madre ha sido fundamental en lo que soy, ella me inculcó valores, el quererme a mí mismo, ser humilde, ver a las personas por igual, me preparó para no ver a nadie por encima de mí ni debajo.

¿Era “yuca” tu mamá?
Sí, era yuca, cuando tenía que ser un poco violenta o meter mano dura, nunca lo dudó. No se andaba con papadas. Al final se lo agradezco, a ella le debo todo lo que soy ahora.

Foto: Diez

¿Qué provocaba para que te diera con la faja?
Recuerdo que un día yo venía del colegio, fue la primera vez que yo probé un cigarro, se enteró y no le gustó, me pegó una buena sonada. Eso al final me ayudó, vi en sus ojos el dolor, vi que mi rebeldía la hacía sufrir.

¿Solo faja usaba tu mamá para castigarte?
No, no creás, ese día del cigarro, primero me dio con un alambre, muy fuerte por cierto, luego, cada acto de rebeldía venía la faja o la mano. No me aguantaba cosas raras mi mamá.

¿Qué edad tenías cuando fumaste por primera vez?
Tenía 16 años.

¿Y cómo fue que comenzaste a fumar?.
Andaba engavillado y aparentando cosas que no eran, por querer estar a la moda, miraba muchos jóvenes fumando, y quería ser parte de un grupo y querían que me miraran como alguien extraordinario. Además, los amigos que fumaban aparentaban un cierto grado de madurez. Por esas razones empecé a fumar, pero no fue algo que me ató mucho. Pero sí tuve esa experiencia en la etapa de mi adolescencia.

Antes de que te descubriera tu mamá, ¿cuántos cigarros fumabas al día?
No tengo una cantidad exacta o un aproximado, pero no era lo normal. Yo creía que andaba a la moda.

¿Fumabas en tu casa?
No, para nada, estaba en mi época de rebeldía pero no estaba loco. Lo hacía al salir del colegio, me iba a una cancha de fútbol con mis compañeros, había momentos que olvidábamos la pelota, pero no los cigarros.

¿Fumaste marihuana o usaste otro tipo de droga?
No, cuestiones de droga nunca. Solo cigarros.

Foto: Diez

¿Cuántos cigarros lograste fumar en un día?
Cuando le agarré a la onda de fumar, que ya era un vicio, bueno, así lo miraba. Me fumaba de 20 a 30 cigarros al día.

¿Cómo obtenías los cigarros, era fácil para un estudiante de secundaria obtenerlos para fumar?
Los compraba y si no tenía para comprar, lo hacía otro compañero, escondíamos los cigarros en el colegio y luego nos íbamos a fumar, además, siempre andaba confites menta o chicle para matizar el olor.

Si tu madre no te hubiera descubierto ¿qué sería de vos?
No tanto que me hubiera descubierto, fue muy inteligente en afrontar la situación, también puse de mi parte, no me gustó verla sufrir. Lo más probable que anduviera perdido, el cigarro te induce a fumar otras cosas. Seguramente me hubiera convertido en un vicioso.

El cigarro pudo haber arruinado tu carrera.
Sin duda, el cigarro te lleva a experimentar otras cuestiones, bebidas, mujeres, porque todo está relacionado. En ese entorno está a disposición las drogas, ese es un punto que poco a poco lo va llevando a uno.

¿Cuándo fue la última vez que fumaste?
Quizá hace unos dos años.

¡IMPERDIBLE! ÓSCAR SALAS Y SU DURO RELATO DE VIDA

¡Siendo jugador activo!
Sí, me pudo la ansiedad en ese momento.

¿Pero cómo un futbolista puede combinar su carrera con los vicios?
De que se puede, se puede, otra cosa es que no es correcto. Cuando uno está joven hay fuerzas para todo, ese es un gran error de los jóvenes, creer que siempre se será joven y no pone atención a las consecuencias de los vicios. Aunque más adelante se siente. Yo comprendí eso, lo que haces hoy te perjudica mañana.

¿Tomaste alcohol?
Sí, claro. Todo está relacionado, si fumas, bebes, es lo más probable y yo igual, bebía, una cosa te lleva a la otra, cuando yo viví esta etapa de mi vida, realmente me vi afectado en todas las áreas, se vio reflejado en cierto momento en mi carrera.

¿Qué te pasaba, estabas más pendiente de darte la buena vida que estar concentrado en tu equipo?
El desvelo me estaba matando, sumado a eso los efectos del alcohol, el efecto del humo del cigarro, todo eso me estaba acabando. Son etapas que no me hubiera gustado vivir, pero es parte de mi vida y que me ha servido de escuela.

Foto: Diez

¿Qué enseñanza te ha dejado todo esto que viviste?
Me ha enseñado que las cosas son pasajeras, el placer solo es el instante, cuando uno quiere triunfar siempre habrá obstáculo y las cosas malas yo las veo como un trampolín para lograr el objetivo. El placer lo más probable es que te lleva a fracaso.

¿Por qué el futbolista hondureño por ratos no toma con seriedad y responsabilidad su carrera?
Creo ha sido por la ideología de nuestro país, habemos jugadores que por ratos no hemos tomado con seriedad nuestra profesión, por ratos creemos que es un pasatiempo y a final somos jugadores profesionales de fútbol. Pero para eso hay que mantener el carácter, una vida ordenada, buscar la manera de alejarse de lo que te daña. Esto es un trabajo, vale que yo lo comprendí a tiempo.

¿Te ha vuelto un poco loco la fama o la has sabido manejar?
La he sabido manejar, siento que sigo siendo el mismo, no he cambiado, estoy muy seguro que soy el Omar Elvir de siempre, con la única diferencia que juego en Motagua. La humildad no la he perdido, no me creo más que nadie por ser futbolista, además, sé que un día llegará el final de mi carrera y por eso me mantengo igual.

Cuando se tiene la oportunidad de crecer solo con tu madre, por ratos el hijo cree que puede hacer lo quiere.
Sí, por lo general cuando creces sin papá, sin la presencia paterna en la casa, se puede pensar que uno puede hacer lo que quiera o conviene con la mamá. A veces es todo lo contrario, cuando la mamá cría solo a sus hijos, el carácter de ella se vuelve más fuerte, tiene que hacer doble papel, mi mamá me daba amor y fuerza cuando era necesario, eso me ayudó, además, cometí errores como cualquier adolecente, pero nunca fui problemático con ella, siempre le obedecí. Le mentía, claro, pero ese nunca fue mi fuerte, no le di problemas de cual ella se iba a lamentar o avergonzar.

¿Y alguna vez te rifaste con alguien a los golpes?
No, para nada, yo no hacía eso, ya te dije que era un chavo muy tranquilo en ese aspecto. Lo que sí recuerdo es que un día me asaltaron, por andar engavillado, me salí de clase con un amigo y no venimos caminando, cuando llegamos a al 21 de Octubre nos salieron unos tipo y me quitaron la mochila, los zapatos.