Sin títulos de Liga Nacional ni boleto a Concacaf: Seis pecados capitales que cometió Motagua en el segundo semestre de 2025

¡Un segundo semestre para el olvido! Así fue la lamentable temporada del Motagua tras quedar eliminados de tres contiendas a nivel futbolístico.

Motagua cerró el segundo semestre de 2025 con un balance negativo que lo dejó fuera de todos sus objetivos: eliminado de la Copa Centroamericana, sin título en la Liga Nacional y sin boleto a la Champions de Concacaf desde el repechaje. Un semestre para el olvido en el nido azul.

El primer pecado capital fue la inestabilidad en el banquillo. El torneo arrancó con Diego Vázquez, pero la falta de resultados precipitó su salida, rompiendo cualquier continuidad deportiva y obligando al plantel a adaptarse nuevamente sobre la marcha.

El segundo pecado fue la planificación deportiva deficiente. Motagua afrontó tres competencias sin una plantilla suficientemente equilibrada, con carencias en posiciones clave y poca profundidad para sostener el ritmo entre Liga, Copa Centroamericana y compromisos internacionales.

El tercer pecado capital fue la falta de identidad futbolística. Con Diego Vázquez no encontró regularidad y, tras la llegada del español Javier López, el equipo nunca terminó de asimilar una idea clara de juego, mostrando versiones muy distintas de un partido a otro.

Otro error grave fue la gestión de los momentos clave. Motagua falló en partidos determinantes, tanto en la Copa Centroamericana como en la Liga Nacional, dejando escapar puntos y eliminatorias en escenarios donde históricamente ha sabido competir mejor.

El quinto pecado capital fue la debilidad mental en instancias decisivas. En el repechaje de la Champions de Concacaf, el equipo mostró nerviosismo, errores puntuales y poca capacidad de reacción cuando el marcador se volvió adverso.

La eliminación temprana en la Copa Centroamericana golpeó fuerte la confianza del grupo. Ese revés marcó el inicio de una seguidilla de dudas que se trasladaron al torneo local y minaron el ánimo del vestuario.

En la Liga Nacional, Motagua fue un equipo irregular, incapaz de sostener buenas rachas. Alternó victorias importantes con tropiezos inesperados, lo que terminó costándole la posibilidad de pelear el título con autoridad.

Otro pecado capital fue la pésima decisión en fichajes. El "Ciclón" firmó al colombiano Wilmar Jordán, pero en la primera vuelta rescindió su contrato por bajo rendimiento.

La transición a Javier López tampoco fue sencilla. El técnico español asumió en un contexto de presión y un plantel golpeado ante la salida de Diego Vázquez.

A nivel individual, varios futbolistas quedaron por debajo de su nivel esperado. Lesiones, bajo rendimiento y falta de liderazgo en la cancha se reflejaron en los momentos donde el equipo más necesitaba respuestas.

El semestre dejó claro que Motagua perdió fortaleza como bloque. La defensa mostró fisuras, el mediocampo careció de control y el ataque dependió de acciones aisladas más que de un funcionamiento colectivo.

El equipo capitalino aún tiene dos partidos en disputa, pero quedó eliminado del certamen tras perder dos a cero ante Olimpia en la tercera fecha de la Triangular.

Ahora, el club azul deberá hacer una profunda autocrítica. Corregir estos pecados capitales será indispensable si Motagua quiere recuperar protagonismo y evitar que un semestre como el de 2025 vuelva a repetirse.