Liga Nacional

Dramática historia de Maiy Card, el joven gerente de Victoria: “Crecí cerca de las maras, experimenté muertes; hoy soy todo lo opuesto”

Maiy Card pudo seguir la línea de sus primos en las pandillas, sin embargo, encontró en el fútbol una nueva esperanza de vida. Hoy tiene 26 años y es el gerente más joven en la Liga Nacional.

2022-02-26

Es cierto... la vida es de desafíos y cuando creces en medio de las maras y pandillas, ese parece ser tu destino, pero solo tú tienes el valor de cambiarlo y escribir una nueva historia. Así se traduce el vivir de Maiy Brayan Zamora Card, el joven gerente del Club Deportivo Victoria de la primera división de Honduras que está acentuando una temporada inolvidable en lo que va del Torneo Clausura 2021-22.

Los jaibos se olvidaron del descenso y cambiaron sus objetivos para pelear por el título, pero hoy no hablaremos de ello, sino de la mano derecha del doctor y entrenador Salomón Nazar, quien logró armar un “dream team”, una plantilla sólida fichando a jugadores importantes como Harold Fonseca, Allan Banegas, Danilo Tobías, Wilmer Crisanto o Marco Tulio Vega.

Maiy Card nació en La Ceiba el 01 de septiembre de 1995, pero a los dos años se mudó a Puerto Cortés para vivir con su padre, toda una travesía en el barrio Pueblo Nuevo donde asegura que tuvo vivencias de “zozobra” en medio de las pandillas, pero que nunca se desvió de sus objetivos: buscar una vida nueva y enorgullecer a su familia.

Actualmente, Card ocupa un lugar como gerente de la institución, sin embargo, también es un entrenador con “licencia B” destacado en las reservas y demás categorías menores del Victoria.

El gerente May Card en uno de sus juegos con el Victoria en la Liga Nacional de Honduras.

COMENZAMOS CON LA ENTREVISTA

¿Cómo están viviendo este momento con Victoria como líder?

Gracias a Dios estamos en los primeros lugares después de venir de un torneo complicado en donde las cosas no se nos daban por ningún motivo. Al final cerramos bien, gracias a Dios se pudo recomponer. El trabajo de los jugadores y entrenadores ha sido clave.

¿A qué le puede apuntar Victoria en este torneo?

Le apuntamos a cosas grandes. Desde un principio cambiamos los objetivos, dejamos de ser un equipo que pelea abajo y comenzar a luchar arriba. Tenemos muchos sueños y aspiraciones, en el club se ha involucrado gente ganadora, así que queremos hacer grandes cosas en este equipo.

¿Ya podemos hablar de un título?

Es muy prematuro, pero sí apuntamos a eso, sabemos que el camino es largo, estamos enfocados en ir paso a paso, partido a partido. Tenemos ese sueño, pero sabemos que no es nada fácil.

¿Se disparó el costo de la plantilla de Victoria?

Muchas personas creyeron que nos disparamos, pero tratamos de traer personas al club, antes que jugadores. El nuestro está armado de jugadores que no tenían protagonismo que debían haber tenido en sus equipos, nosotros les abrimos las puertas, no todo es dinero, muchos de ellos decidieron renunciar a gran parte de dinero para sobresalir, levantar la mano y enseñarle al fútbol hondureño que todavía tienen mucho por dar.

Despacharon a más de 10 futbolistas, pero ¿cómo fue tu experiencia fichando a Harold Fonseca, Marco Tulio Vega o Allan Banegas?

Siempre iniciaba con esta frase: -soy nuevo en esto, soy más joven que tú, pero quiero proponerte esto-. Yo sabía que tenían ganas de jugar, la verdad que ellos pusieron de su parte, sintieron la confianza en hablar con alguien de su edad. Hablamos claros de sus objetivos. Solo uno me costó una semana, pero al final allí están y el equipo es sólido.

¿Podemos ver jugadores de Victoria en la H?

Sí, tenemos buen material humano. Si en este país dejáramos el argollismo por un lado, nosotros podríamos experimentar y darle oportunidad a los jóvenes. Públicamente le hago un llamado a los entrenadores de la selección para que se fijen en estos lados, Victoria, Vida o Real Sociedad, todos tienen buenos jugadores con ganas de triunfar.

SU VIDA ÍNTIMA

¿Quién es Maiy Zamora?

Es un niño que un día soñó con ser grande, uno que ha atravesado muchos problemas y con grandes retos que viene desde muy abajo, me considero una persona ganadora, tengo mis metas claras y un plan de vida organizado.

¿Qué cosas puntuales marcaron tu infancia?

Fue muy mala, recuerdo que de pequeño vivía en una casa en Puerto Cortés que mojaba cada vez que llovía, cuando eso pasaba teníamos que movernos de un lado a otro; crecí cerca de maras y tenía familiares cercanos que se dedicaban a ellos. De pequeño experimenté muertes, cómo violaban personas, cómo asesinaban o se cortaban las manos, para ingresar a una mara tenían que hacer ciertos sacrificios y eso me motivó a mí para ser una persona diferente. Hoy soy todo lo opuesto a ello y me enfoco en querer ser el orgullo de mi familia.

¿En qué parte vivías de Cortés?

En barrio Pueblo Nuevo, unos primos míos eran jefes de las maras, vivíamos en zozobra. En un momento veníamos de la iglesia a eso de las 10 de la noche con mi madre, y detrás de un camión salió un pandillero con un arma, nos apuntó y al darse cuenta que éramos nosotros reaccionó y se llevó las manos a la cabeza porque estaba esperando a alguien para asesinarlo. Así supe que mi vida no tenía que ser igual. Gracias a Dios no caí en drogas, pandillas o alcohol.

¿Alguna vez te sentiste tentado?

Yo soy creyente y sé que si le pides de todo corazón, Él te concede; pero sí me desesperaba porque miraba que otros jóvenes tenían cosas que yo no. Iba al colegio y de pronto tenía dos cuadernos en donde tenía que escribir todo, muchas veces me bajaban del bus del colegio por no tener para la mensualidad, pero muchos maestros me apreciaban mucho y me apoyaban; hasta que mi madre me trajo a La Ceiba y desde allí comienza una nueva historia para mí.

Maiy Card mientras conversaba con DIEZ durante la entrevista. Foto: Edgar Witty

¿Cuándo decides involucrarte en todo para ser entrenador, sumado a tu éxito en las reservas?

Siempre he sido un joven introvertido, yo aprendí mucho de Luis David Funez y fue así como logré un campeonato nacional con el Itla (U-13) y desde entonces me abrieron las puertas en Victoria desde la categoría U-10, 12 y así fuimos escalando. He tenido mucha disciplina, había días en que me tocaba caminar unas 20 cuadras para llegar a los entrenamientos, muchas veces dices que -ya no puedes más-.

¿Cómo viviste esa travesía del Victoria en la Liga de Ascenso?

Yo perdí mi hogar, llegó un momento en que el equipo no producía nada, no había para comer; fueron pasajes difíciles de Victoria. En muchas veces me tocó chapear la cancha, o comer semitas con los muchachos que viven en la sede, hasta vernos las caras para ver si salían alguien a llevarnos algo. Dicen que todo sacrificio tiene su recompensa y hoy lo puedo ver reflejado.

¿Qué te mantuvo de pie todo este tiempo?

Todavía no estoy donde quiero estar, tengo muchos sueños y creo que si algún día alguien tuviese la convicción de darnos una oportunidad, se daría cuenta que hay mucho por aprender en un joven, pero no nos abren las puertas, vivimos en un país donde se les mira de menos porque -no tienen experiencia-. Yo quiero agradecer al presidente Javier Cruz y al vicepresidente Rossel Espinoza que decidieron poner su confianza en mí, no es fácil depositar la confianza a un desconocido y ellos lo hicieron, ahora los resultados se están dando.