El técnico del Victoria, Carlos Cantarero, nos abrió las puertas, y más allá de relatarnos cómo ha pasado estos días al frente de la Jaiba, lanza una clara propuesta a todas las mujeres interesadas en él, para que acaben con su soltería de una vez por todas.
El estratega se declaró un romántico, pero no un mujeriego. Nos cuenta además en detalle cómo fue su llegada a los banquillos y esa otra faceta como periodista del prestigioso Diario Marca de España.
¿Por qué se fue de España?
Cuando salí de España no buscaba un camino profesional, sino una aventura personal, es la verdad, conocer otros países y otras culturas.
¿Cómo empieza dirigiendo en Panamá?
Eso fue muy curioso porque llegué a Panamá de vacaciones, por turismo, en ese momento no estaba dirigiendo y para pasar unos días, y justo cuando llegué al aeropuerto de Panamá, ya me estaba esperando el presidente del club Chorrillo. El señor quería que dirigiese al día siguiente, le dije que esperase un poco al menos que me recuperara del viaje y en un par de días llegamos a un acuerdo.
¿Qué planes tuvo después?
No, soy de vivir el día a día, no me hago grandes planteamientos, sólo veo qué es lo que va sucediendo porque la profesión en la que estoy es muy inestable, pero a mí me ha ido bien, en todos estos años no me ha faltado trabajo.
Pero dejó a su esposa e hijos...
Dejar a mi esposa fue fácil porque nos separamos hace algunos años. Dejar a mis hijos sí, porque soy una persona que estoy muy unida a ellos y ellos a mí.
¿Vive mejor como hombre solitario?
No, definitivamente no. El otro día dejé caer que estoy soltero y sin compromiso para todas aquellas mujeres de La Ceiba que estén en la misma situación que yo, así que por allí espero encontrarlas.
¿Ya la está buscando entonces?
No me da mucho tiempo de andar saliendo por allí, pero tampoco las muchachas me van a venir a buscar a mí a la casa, uno tiene que ver y dejarse ver, estas dos cosas son muy importantes, es difícil conocer gente, pero digo yo que algo se acabará dando.
¿Qué mujer busca Carlos Cantarero?
Alguien que sea divertida e inteligente y a todo esto además unimos que tenga un físico bonito. Ja, ja, ja... Los requisitos anteriores para una relación duradera son imprescindibles. De hecho la madre de mis hijos es una persona terriblemente inteligente. Conocer gente he conocido acá, tengo poco tiempo, pero el que tengo lo aprovecho ja, ja, ja…
¿Le gusta cocinar?
Siempre me ha gustado, lo que sucede es que me gusta cocinar para alguien no para mí. Ya se los he dicho a las muchachas que he conocido por allí, que soy un cocinero y las he sorprendido mucho. No he intentado hacer baleadas, lo frijoles me gustan, pero son una bomba.
¿Es romántico, conquistador o mujeriego?
Soy sobre todo romántico, conquistador no tanto y mujeriego eso queda feo decirlo, eso mejor no lo contesto.
¿De joven jugó usted al fútbol?
Jugué en varios equipos, pero no en la primera división española, sino en la segunda B para abajo, es como la tercera categoría que es una amateur compensado, pero pagan y bien. Yo jugaba de lateral derecho, y me retiré porque veía que ya había tocado techo y me fui alejando hasta que me empecé a dedicar a trabajar dirigiendo niños y empecé en los medios, que como saben, son absorbentes.
¿Cómo fue su faceta de periodista?
Bueno, estudié periodismo, hice la carrera en España por cinco años, me iba bien y sí estuve trabajando en buenos sitios, hice prensa, radio y televisión, pero soy una persona que me aburro mucho de las cosas y decidí dedicarme a entrenar.
¿Cómo era su día a día en el periodismo?
Hubo una época que iba a los entrenamientos del Real Madrid y después me dedicaba al cierre del periódico impreso, miraba si todo estaba bien. Cuando en un periódico hay un error ortográfico me salta a la vista. Yo revisaba y daba la orden de imprimir una media de 300 mil ejemplares a un millón y salía todos los días entre las 3 a 6 de la mañana del diario. Allá (en España) cierran bien tarde y por ediciones, pero ahora hay plantas de impresión en todas partes.
¿Recuerda alguna portada suya en particular?
Fue una que yo hice en la ciudad deportiva del Real Madrid, me puse detrás de una puerta a escuchar y había un jugador llamado Michel, que estaba con el doctor y decidieron que había que operarlo del pie, lo sacamos en portada, aunque al final a él no lo operaron.
¿Cómo empezó a entrenar?
Empecé en el San Sebastián de los Reyes, equipo de la cuarta categoría, se ganaba para vivir cómodamente. Ellos me pusieron a mí porque no tenían dinero para contratar a otro entrenador, pero sucedió que ascendimos a la tercera categoría y eso nos dio derecho a jugar la Copa del Rey, entonces en las primeras eliminatorias jugamos contra el Albacete.
El Mérida estaba en primera división con un equipo formado con jugadores que tenían otros trabajos, de hecho, entrenábamos de noche, con ese equipo amateur los eliminamos y eso me hizo un entrenador conocido en España, fue novedoso.
¿Cuándo se le vino su primer gran contrato?
Bueno me fui al tercer equipo del Atlético de Madrid y luego al Lugo y regresé después al segundo del Atlético de Madrid con un buen contrato y además a mitad de temporada el presidente Jesús Gil me hizo un reajuste.
¿Ganó millones en el Atleti..?
Millones de euros no, pero un dinero para vivir bien y comprar vivienda sí, allí fue que me fui arriba porque después dirigí al Levante y Mérida.
Es abismal en comparación a lo que gana acá...
Sucede que mi trabajo me gusta mucho y no me agrada estar esperando, por llevo 16 años porque he aprovechado.
SU PERFIL:
Nombre completo: Carlos García Cantarero
Nació en: Madrid, España.
Fecha de nacimiento: 4 de noviembre de 1961. Tiene 49 años.
Equipos: Lugo, Antequera, Atlético de Madrid A y B, Levante, Elche, Cultura Leonesa, Torrellano, Chorillo (Panamá), Alianza (El Salvador), Juventud Retalteca (Guatemala) y Victoria (Honduras).
En cortito:
* Libros: Sólo deportivos
* Equipos: Ninguno, pero su padre lo llevaba a los partidos del Real Madrid cuando era un niño.
* De periodista: Trabajó para el Diario Marca, Diario El Mundo y radios de Madrid antes de ser entrenador. Es graduado de periodismo.