En este fútbol tan determinante en cuanto a resultados se refiere, perder dos juegos de forma consecutiva y observar la tabla del descenso que amenaza, son síntomas de rodar cabezas.
Por eso siempre me pregunto:
¿Dónde quedó la planificación?
¿Qué hacer ahora con ese tiempo perdido tan valioso?, ¿cómo recuperarlo?
¿Es lo ideal tomar decisiones tan rápido?
¿Y los futbolistas?
¿Y los dirigentes?
¿Y el aficionado?
Analicemos, los dirigentes sabían de antemano que se estaban y están jugando una parada difícil, muy complicada.
Cómo es posible que no hayan visualizado que esto podía pasar, no entiendo cómo respaldas a un entrenador que no hizo una buena campaña y en el primer tropiezo lo cortas.
Jorge Pineda y Guillermo 'Memo' Bernárdez de Victoria y Platense respectivamente, fueron los primeros técnicos en dar un paso al costado en este Clausura.
Conclusión: Se perdió un tiempo enorme y considerable que quizás les pase factura.
Punto número uno, dirigentes aplazados.
Pasemos a los entrenadores. Se ha mencionado que muchos no se hacen respetar, que arreglan un salario desprestigiando su profesión, que dicho sea de paso, es sumamente demandante y estresante.
Palabras más, palabras menos, se regalan, de ahí que hagan con ellos lo que deseen.
Punto número dos, técnicos aplazados.
El turno ahora es para los futbolistas.
Siempre he dicho que son la piedra angular de la pirámide. ¿Son culpables?, yo diría que hacen lo que pueden, son víctimas de un sistema que los tiene en una nebulosa de la que difícilmente saldrán.
Nosotros los analistas los criticamos, los aficionados los insultan y ellos prácticamente juegan de gratis, muchos ni llegan al salario mínimo y ni aún así cobran.
Ojalá que el gremio de futbolistas que inicia eventualmente con el torneo Apertura los proteja y no queden desamparados como lo son en la actualidad.
Punto número tres, futbolistas los menos culpables.
Y para concluir este resumen le toca el turno a los aficionados. Ellos sufren con la pérdida de su equipo, se amargan al ver cómo están sumergidos en el ostracismo y ven cómo están sucumbiendo en la zona baja de la tabla de posiciones.
Ahora bien, me estoy refiriendo a aquellos hinchas que sí van al estadio, aquellos que jornada tras jornada se ponen la camiseta de su equipo y gritan y alientan a más no poder, y hasta despiden con aplausos a sus jugadores a pesar de que el resultado no sea el esperado.
De los otros me reservo el derecho de opinión, si no vas al estadio, no opines.
Punto número cuatro, aficionados no son responsables.
Para concluir esta columna, les deseo lo mejor a los entrenadores salientes y éxitos a los entrantes, a veces un cambio puede lograr cosas inimaginables.
El tiempo será testigo y verdugo de estas decisiones.
Hasta la próxima
