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Orlando Ponce: Diego atiza el fuego y el Morazán se vuelve un caos

El periodista deportivo cuestionó el compartimiento de los aficionados sampedranos por sus últimos comportamientos en el fútbol hondureño. Además guardó lugar para referirse a Diego Vázquez y su alto temperamento.

2020-03-10

Como que las medidas no han dado resultado y el comportamiento sigue siendo el mismo en fanáticos que al parecer van a desahogar sus frustraciones en los estadios de la primera división. El último antecedente se registró en el inseguro Estadio Morazán y en el hecho de represalia se involucró el técnico del Motagua, Diego Vásquez, quien nuevamente fue expulsado.

Es lamentable que la directiva del Real España, de la que conocemos de sus enormes esfuerzos para la seguridad de sus partidos, asuma las repercusiones y eso data ya de varios torneos por el comportamiento de inadaptados y enajenados que tienen secuestrado el fútbol hondureño.

Lo peor resulta ser, según información a la que tuvimos acceso, que la cajilla vacía de cerveza que lanzaron a la banca del Motagua en el accidentado partido contra el Real España, fue lanzada como un platillo volador de uno de los palcos del vetusto Morazán. Hasta dónde hemos llegado en la degradación de la cultura ya que se supone que a esos lugares llegan personas con otro nivel de educación. ¡Qué equivocados estamos!

El desarrollo de los penosos acontecimientos que me tocó transmitir a través de TVC, reitera los niveles de intolerancia e irrespeto hacia el rival y la consecuente muestra de frustración cuando no se está obteniendo el resultado deseado.

Ya en el partido que Real Sociedad le ganó sorprendentemente al Marathon en el mismo estadio, el técnico de la visita, Carlos Tabora, fue víctima del lanzamiento de latas y otros objetos que afortunadamente no la causó daños físicos.

El sujeto que lanzó la cajilla en el encuentro de aurinegros y azules no logró el objetivo de alcanzar a ningún elemento del roster de los capitalinos, pero si el de una reacción virulenta y de histerismo del técnico Diego Vásquez, muy dado a estas reacciones circenses, cuando se ve amenazado.

Es contraproducente, desde todo punto de vista, que el entrenador de un equipo se involucre en situaciones que no le competen ya que para eso están los procedimientos protocolarios con los árbitros y comisarios, quienes levantan su informe y lo envían a las comisiones de disciplina. Vásquez después de su expulsión, cruza la cancha e increpa a los árbitros, ante una decisión irreversible. Eso se convierte en agravantes que perjudican su expediente lleno de 10 expulsiones desde el banquillo.

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La directiva del Motagua sabiendo del perjuicio que le causan estás expulsiones a su técnico, no debe avalar sus comportamientos, igual lo que debe hacer el Marathón con Héctor Vargas, hace rato los dos entrenadores más problemáticos.

Ya en el final del certamen anterior, el adiestrador azul, se vio involucrado en acusaciones temerarias en contra de su colega Salomón Nazar en las que puso en duda la honestidad deportiva de los licántropos en uno de los encuentros de la pentagonal ante el Olimpia lo que le valió un castigo de cuatro partidos sin derecho a reducción

Con la nueva Ley de Seguridad y Convivencia en Estadios, publicada en el Diario Oficial la Gaceta con sus respectivos reglamentos serán sujetos a sanciones económicas y penales aquellos actores que desde su posición inciten a la violencia, eso abarca entrenadores, directivos, árbitros, futbolistas, oficiales y medios de comunicación.

Foto: Diez

Es condenable, dejamos constancia, el intento de agresión física de sujetos irracionales contra el equipo técnico y futbolistas del Club Motagua, pero deviene que los líderes de grupo no caigan en atizar el fuego, descendiendo al nivel de fanáticos.

Debido a los actos de salvajismo que provocan los destructores del fútbol, los clásicos Olimpia vrs Motagua dejaron de jugarse en el Nacional y han tenido que llevarse a canchas alternas como el del próximo sábado que se disputará en el Carlos Miranda de Comayagua, con perjuicio grande y económico para el home club.

Para la pentagonal en la que estarán lo más probable por el rumbo de la tabla, los cuatro denominados grandes, varios de los partidos pudieran celebrarse en ciudades como Comayagua, Juticalpa, Danlí y en el Olímpico si continúan los actos de vandalismo y violencia en varios estadios como el Morazán y el mismo Nacional.

Es lamentable que por unos cuantos perniciosos, las familias, esencia importante del fútbol, decidan cuando o no asistir a un partido o definitivamente retirarse y ya no poder ni verlos sino tienen alcance para la tele.

Además, se afecta el bolsillo de los directivos que deben estar pagando multas, jugar en otros estadios, y los buenos aficionados son sacrificados porque deben moverse a otras ciudades como los del Motagua para el duelo ante el Olimpia en perjuicio de sus economías.

Por cierto, que me llama poderosamente la atención, como estos miembros de barras de los grandes no quiebran un plato en los partidos internacionales que acompañan a sus equipos y respetan a policías y militares con honores de ordenanza.

Nada que ver con el ejemplo doméstico. Sino veamos cómo miembros de la misma barra del Marathón se pelearon el domingo en las inmediaciones del Excélsior con motivo del choque ante Platense dejando como consecuencia varios detenidos quienes pernoctaron en las bartolinas de la policía de Puerto Cortés y fueron obligados a trabajos comunitarios.