El ejemplo más reciente de esta rivalidad histórica vio a Call of Duty en la cima una vez más, tanto que Battlefield ha tardado un poco más en reconstruirse.
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Battlefield 5 comenzó con el pie izquierdo, con el modo Grandes Operaciones del juego que demostró que más grande no siempre es mejor.
Desequilibrado con la falta de mapas memorables, la mayor decepción del juego fue su batalla real Firestorm. A pesar de llegar después del lanzamiento, carecía de las fortalezas de otros modos del género, sirviendo como un clavo en el ataúd del juego.
Si bien Call of Duty: Black Ops 4 tiene sus problemas, como la controversia por la falta de una campaña y un modo Zombies con errores en el lanzamiento, fue un juego mejor en general.
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Una vez que los zombis se recuperaron, fue muy divertido y el modo multijugador fue lo suficientemente decente. Sin embargo, la estrella del espectáculo fue sin duda el modo Blackout, ya que el primer intento de Call of Duty en una batalla real fue mucho más exitoso que el de Battlefield.
Con Call of Duty llegando a la cima en 2018 debido a la batalla real, será interesante ver si la historia se repite más adelante este año.
