Incluso antes del aterrizaje de emergencia en el Allianz Arena, ya estaba 'en la mira de los francotiradores', explicó este miércoles el ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann, en declaraciones a la AFP. 'Si la policía hubiera determinado que se trataba de un ataque terrorista, lo habrían pagado con la vida', agregó.
El piloto de 38 años, residente en el estado de Bad-Wurtemberg, fue detenido nada más al aterrizar en el campo, pero este miércoles fue puesto en libertad, debiendo responder ante el tribunal por intrusión, amenaza de transporte aéreo y delitos a su integridad física, ya que en el operativo de aterrizaje de emergencia terminó hiriendo a dos personas.
El portavoz del gobierno federal de Angela Merkel, Steffen Seibert, calificó el evento como una 'acción irresponsable' que 'expuso a la gente a un gran peligro'. La iniciativa también fue condenada públicamente por la UEFA y la Asociación Alemana de Fútbol, calificándola de 'inaceptable'.
La organización medioambiental ya ha pedido disculpas este miércoles por las lesiones ocasionadas en la acción, que 'no salieron según lo previsto'.
Benjamin Stephan, portavoz de Greenpeace, dijo que 'esta nunca fue la intención' de la organización, que pretendía sobrevolar el estadio y lanzar una pelota de goma en el campo con mensaje incitando al público a no usar combustibles.
Poco después del incidente, Greenpeace tuiteó, en alemán, 'deje de vender vehículos diésel y gasolina ecológicos'.