“Yo ya le dije: ‘José Ramón, tengo ya casi 55 años, y tengo tres niñas, dos de ellas graduadas en la universidad. No me puedes seguir tratando como el mismo pendejo de hace 20 años’. Pero para él eso no existe, sigue creyendo que yo tengo que ser el tipo en el que pueda depositar toda esa furia”, relataba.