En la vida hay muchas situaciones que ocurren repentinamente, hoy podemos estar vivos, mañana no.
Este es el caso de Burak Karan, que pasó de ser unos de los futbolistas con un futuro prometedor en la selección de Alemania hace poco menos de una década, a morir por sus ideales en territorio sirio, país en donde las guerras se han vuelto como parte de una rutina en el diario vivir de Oriente Medio.
Foto: Diez
Karan era ciudadano alemán de ascendencia turca y dejó el fútbol para unirse a los ideales yihadistas. Pasó de ser miembro de una de las canteras más productivas del país germano, la del Hertha de Berlín, a compartir vestuario en el combinado nacional de Alemania con jugadores de talla mundial e importantes como Sami Khedira o Kevin-Prince Boateng, entre otros.
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Burak perdió la vida el 11 de octubre de 2013 en un bombardeo en la frontera de Siria con Turquía cuando supuestamente luchaba en las filas de los rebeldes.
Tras pasar por alguno de los equipos con más renombre de Alemania, como el Hertha de Berlín, el Bayer Leverkusen, el Hamburgo o el Hannover, Burak Karan decidió poner punto y final al fútbol a los 21 años y adoptó el islamismo como su religión y se dedicó en plenitud a ella, incluso llegando a tomar las armas por la misma causa.
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Burak se encontraba en Siria luchando contra el régimen de Bashar Al-Assad, cuando fue víctima de un bombardeo aéreo, finalizando de manera trágica una vida que pudo haber estado marcada por el éxito deportivo.