No Todo es Futbol

Esta es la historia de Ana Suazo, la cuarta hondureña en ingresar a Harvard

Ella misma nos . Su trayectoria hasta el éxito se dio también gracias al Tae Kwon Do

2016-04-21

Ana Lucía Suazo, a base de mucha lucha y voluntad, ya logró convertirse en un orgullo hondureño. Es que oficialmente, a sus 18 años de edad, es una de las nuevas estudiantes de la universidad más prestigiosa de Estados Unidos, nada más y nada menos que Harvard.

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Con ello se convierte en la cuarta hondureña en ser aceptada en la considerada mejor universidad del mundo. Por supuesto que no fue fácil, su vida se ha resumido en dos grandes cosas: el taekwondo, que lo practica en la Academia Honduras Idols, dirigida por el máster Guillermo Erazo y el estudio, pues se graduó con honores de Saint Peter’s de San Pedro Sula.

“Cuando estaba más pequeña, jugaba fútbol y mi mamá un día habló con el entrenador de mi hermano y después de convencerlo me metieron a las clases cuando tenía cuatro años, yo era la única niña, a los 8 años mis padres se interesaron en colocarme en las clases de artes marciales y pues gracias a Dios escogieron el taekwondo para mí, lo comencé a practicar y a practicar, gané unos cuantos torneos, me lesioné bastante también', declaró.

'Pasé tantas cosas, pero estas me han dado carácter, a los 14 años me quebraron la nariz en un torneo y tuve que ir a cirugía, entramos en pánico, creí que no iba volver a practicar”, nos cuenta, pero no sabía que la disciplina deportiva le ayudaría a abrir puertas a un mejor futuro', aseveró.

SU MOTIVACIÓN
No todo ha sido alegría en la vida de Ana. “El día que fui parte de la selección de taekwondo fue muy importante, me causó tanto impacto en mi vida porque un día antes del torneo yo estaba en los pesajes y mi abuela iba a tener una cirugía de corazón abierto, y doy el peso, pero recibimos una llamada con mi papá (Luis Suazo) que mi abuela estaba con un paro cardíaco y rápidamente nos trasladamos al hospital. Cuando íbamos por la carretera nos llamaron que ella ya había fallecido”.

Y añade: “Antes de que ella se fuese al quirófano y yo al pasaje, la fui a visitar, se dirigió a mí y me dijo: ‘Hija, yo sé que te vas a ir a los Estados Unidos a la mejor universidad y sé que mañana vas a ganar por mí, yo sé que te va a ir bien’”. Tomó la decisión de ir al campeonato, pues tenía una promesa que cumplir, lo ganó y entró a la selección de taekwondo.