“Cuando todo parezca ir en tu contra, recuerda que el avión despega contra el viento”, es un refrán que encaja muy bien en lo que ha sido la carrera deportiva de Brayan Castillo, un delantero que tal vez usted no recuerde, pero si le digo que cuando portaba la camisa de Marathón en 2021 le hizo un triplete al Olimpia, su memoria se refrescará.
El atacante de 26 años ha tenido muchas vivencias en el fútbol; fue legionario, tuvo una grave lesión y ahora sueña con ser protagonista en la primera final que jugará en su vida.
En medio de la plática llegó el momento más tierno, la pequeña hija del protagonista de esta historia interrumpió con su llanto porque quería que papá la sentará en sus piernas.
“Estoy muy alegre por jugar mi primera final, ya quiero que sea domingo para estar en el campo, estoy muy agradecido con Dios porque él me tiene disfrutando de estos momentos. Estoy emocionado”, manifestó el máximo anotador del CD Choloma (5 goles y una asistencia), quien el domingo enfrentará a Platense en el juego de ida por la llave del campeonato Apertura de la liga de plata.
Pero para conocer más sobre Castillo hay que remontarnos al 2006, cuando el ariete tenía ocho años. El chico oriundo de Cusuna, una aldea de Colón, reveló que la situación para él y su familia en aquella época era muy complicada y eso hizo que emigraran para San Pedro Sula en busca de una mejor vida.
“La pocas cosas que recuerdo de cuando estaba pequeño son cuando mi papá y mi tío me llevaban al campo y yo siempre me ponía mi camisa del Real Madrid que atrás decía Ronaldo. Tampoco olvido que no podías comer siempre, algunos días sí y otros no, teníamos que ir al campo a bajar guineos y cocos o le ayudaba a los pescadores para que me regalaran un par de pescados para matar el hambre. Luego nos vinimos aquí a buscar un mejor futuro”, contó el futbolista del cuadro maquilero.
Castillo Arzú ha tenido la oportunidad de vestir camisas como la de Juticalpa, Marathón y Choloma, en Honduras y, en el extranjero las de Managua FC de Nicaragua y la del Deportivo Cooper de la segunda división de Uruguay, esos recorridos han hecho que las personas en la calle, “me saludan y me preguntan que cómo estoy, cosas así, yo me siento raro, pero les contestó porque sino van a decir que agrandado. Mucha gente que yo ni la conozco y no sé de dónde aparecen, con eso me siento contento. Le digo a mi mujer, ‘mira tengo que ser humilde porque de repente estoy en la pulpería y llegan personas y me dicen Brayan felicidades por tus goles o cosas así”.
Brayan Josué siempre ha tenido como sueño de vida ser futbolista. Comenzó a preparar lo que le daría el sustento a él y a su familia cuando estaba en la escuela. Un entrenador del equipo Inmude llegó a donde estudiaba para elegir a 15 niños y que fueran parte del equipo, luego cuando cumplió 17 años pasó al Platense Jr, sorprendió al entrenador y dueño de la institución, Charly Zúñiga, fue él quien le dio la oportunidad de mostrarse.
El también extremo derecho fue elegido por Ninrod Medina y Diego Vázquez entre muchos jóvenes para realizar pruebas en Motagua, pero al final no se quedó. Sin bajar los brazos siguió preparándose porque sabía que su momento iba a llegar y después de tres meses Cocli Salgado lo eligió para ser parte de las reservas de Olimpia, junto a otros compañeros; sin embargo, el tiempo pasó y nunca lo terminaron firmando.
DEBUT EN LIGA NACIONAL
La tercera fue la vencida y quien sí confió en sus habilidades fue el Marathón de Martín ‘Tato’ García, fue ahí donde se estrenó como jugador profesional y lo hizo de enorme manera, anotando varios goles y entre ellos un hat-trick al Olimpia.
“Luego de estar haciendo los goles bien por desgracia me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla en un partido contra Honduras Progreso, después de los seis meses de recuperación no volví a ser el mismo, pero dije de aquí me tengo que levantar porque si me quedo sentado, ‘¿qué va comer mi mamá, mis hermanos, mi esposa y mi hija?’ Soy la cabeza de mi casa y si yo no me ponía vivo nadie me iba a ayudar con el pan de cada día”, reveló Castillo.
Ya superado todo, en 2023 el trepidante ariete tuvo la oportunidad de jugar en el Deportivo Cooper de Uruguay gracias a un miembro del cuerpo técnico del Tato García.
“Solo me dijeron que si me quería ir y le dije que me dieran todo que yo me iba. Recuerdo que decía: ‘pucha, otra vez voy a salir al extranjero y otra vez me voy a subir a un avión’. Estando allá me fue muy bien, el equipo me trataba excelente, pero me tocó venirme porque mi esposa tenía unos problemas personales. Del club no me querían dejar venir; sin embargo, tenía que estar con mi familia”, soltó el exseleccionado Sub-23.
¿Qué pasaba con su familia?, se le consultó y respondió: “La estaban acosando, llegaban unas personas a la casa y en la noche les tocaban la puerta y las ventanas. Ella y mi niña me llamaban llorando y eso me tenía desesperado, así que me tuve que venir”.
ILUSIONADO CON LA FINAL DEL ASCENSO
Aunque ya sabe que es estar en un equipo grande en Honduras y salir al exterior, Brayan siente que está viviendo el momento más especial en el fútbol.
“La gloria la estoy tocando ahora mismo, cuando estaba en Marathón estaba bien, pero luego de golpearme, me vine abajo, entonces pienso, que estoy en el mejor momento de mi carrera. Mi mujer me dice: ‘amor no te sentís extraño porque estuviste arriba, bajaste y ahora nuevamente te estás recuperando’ y yo le digo que sí siento que todo es diferente y que debemos agradécele a Dios”.
Ya casi llegando al final de la charla mientras Castillo nos decía que es seguidor del Victoria, que se ve anotando en la final y que quiere ver lo que sucede en la ida para dar un pronóstico sobre el campeonato, un llanto melodioso y tierno sonó, era la pequeña Alaya, hija menor del goleador del Choloma, quería que papá la cargara y ahí fue donde se calmó y estuvo atenta a las palabras de su ‘Superhéroe’.
Con la voz quebrada y los ojos brillosos, Brayan terminó haciendo referencia al amor de su vida. “Ella es mi inspiración, antes de cada partido veo una foto o video de ella. Lucho para que nunca le falte nada y estoy cerca de llorar de la emoción porque nunca me imaginé que iba a estar en este momento. Le prometí a mi niña que si somos campeones me voy a tomar recuerdos con ella y el trofeo”.