Liga Nacional

Javier Martínez: 'Me vendieron a Motagua por cinco balones y un uniforme'

El exfutbolista hoy es propietario de un bar y restaurante en la zona viva de La Ceiba.

2015-05-04

Javier Martínez se ganó la reputación de ser uno de los mejores defensas del balompié catracho, en sus tiempos de futbolista jugó para los equipos 14 de Julio, Atlántida, Victoria, Real España, Marathón, Motagua y Vida, llevando siempre el brazalete de capitán.

También defendió la camisa nacional con la Selección absoluta en las eliminatorias de 1998, 2002 y 2006. Martínez es recordado por su versatilidad porque podía jugar de carrilero izquierdo, central o volante defensivo.

Era conocido como “Mayers”, sobrenombre que le puso su abuela y que la gente del fútbol lo recuerda con cariño porque tuvo grandes hazañas, mostrando fuerza, elasticidad y resistencia a pesar de su delgada silueta.

Javier Martínez integró las filas del Motagua donde fue compañero de Amado Guevara.

“El fútbol me trató bien, no como hubiera querido, pero no me puedo quejar, me dio la oportunidad de darme a conocer, a tener muchos amigos y que hoy me ha dado la oportunidad de tener mi propio negocio. Pasé situaciones buenas que me sirvieron para tener experiencia en muchas cosas”, recordó.

“El fútbol es tan generoso que muchas veces somos malagradecidos con este deporte porque nos permite ser privilegiados al dormir en grandes hoteles, comer mucho mejor y conocer varios países. En lo particular conozco Guatemala, México, Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador, Canadá, Jamaica, San Vicente, China y Hong Kong”, afirmó.

UNA CARRERA DE CINCO AÑOS

Martínez jugó profesionalmente durante 15 años. “La mayoría de los jugadores venimos de cunas humildes, pero el talento que Dios nos da es saber cómo pegarle a un balón. Este deporte nos da una posición buena económicamente y ante la sociedad, anteriormente la gente creía que los futbolistas éramos unos vagos, borrachos y mujeriegos, pero ahora lo miran como profesional, el fútbol cambia muchas vidas y muchas familias”.

El espigado exdefensa asegura: “Si volviera a nacer sería futbolista, aunque llegué al fútbol por coincidencia porque en mi mente siempre quise ser un profesional académico, estuve estudiando en la universidad, pero tuve que salir porque mi madre ya no podía sostenerme la educación, tomé la decisión de salirme de las aulas de clases para dedicarme a otra cosa”.

Javier Martínez junto a grandes figuras que pasaron por Victoria como Raúl Sambulá, Alvaro Izquierdo, entre otros.

“Comencé jugando en el equipo Atlántida y el club me vendió a Motagua por cinco balones y un uniforme en 1992, lamentablemente estaba Mon Rodríguez como entrenador y no quería jugar con cipotes, luego Lin Zelaya me mandó de nuevo para La Ceiba, a jugar con Victoria”.

“En 2005 el fútbol me jugó una mala pasada nuevamente en Victoria, me iban a renovar contrato, pero Jorge Pineda no quiso, lamento que hasta el sol de hoy nunca me dio la cara para decirme por qué me había rechazado, salí molesto con Pineda, pero no resentido”.

“Cuando había colgado los tacos me llamó el profesor Maradiaga para decirme que me necesitaba en Motagua, le dije que no quería saber nada de fútbol porque estaba resentido por las cosas que me habían pasado, pero vino Raúl Sambulá y me convenció, me dijo que le fuera a ayudar al feo y por eso llegué a Motagua en el ocaso de mi carrera”.

SE DEDICA A ADMINISTRAR SU PROPIO NEGOCIO
Ahora Martínez está alejado del fútbol y se dedica a administrar su propio negocio ubicado en la zona viva de La Ceiba. Del funcionamiento de su bar y restaurante dependen ocho familias directamente y otros de forma indirecta, por eso no le apuesta al desvelo.

“Siempre me gustó esto porque conozco mucha gente. De mi negocio sostengo a mi gente y siete empleados que sobreviven gracias a mi establecimiento, otros también se benefician porque voy a comprar producto”.

“En mi negocio han llegado muchas personalidades, diputados, alcaldes, técnicos de la Selección y altos jerarcas militares, pero lo más importante son las personas humilde que lo visita porque cada centavo que entra sirve para mantenerlo”.

“La diferencia del fútbol y el restaurante es que me acuesto muy tarde y me levanto temprano para ir a comprar producto, son constantes las desveladas sobre todo los fines de semana, no tengo horario fijo para entrar ni salir, pero no me quejo porque es lo que elegí”.

AL EXTRANJERO
Preguntado por qué no pudo brillar en el extranjero, dijo: “Porque la vida no nos da lo que nos merecemos, sino lo que Dios tiene preparado. Cuando fuimos campeones en Victoria tuve la oportunidad de irme a Bélgica, pero los directivos no lo permitieron. Victoria iba a recibir 50 mil dólares por el préstamo y a mí me iban a dar 6 mil dólares de salario”.

“Después salió una oferta al Cartaginés de Costa Rica y tampoco me la dieron, luego se interesó Olimpia, que ofreció 2 millones de lempiras y Motagua ofreció 1 millón 200 mil lempiras, pero tampoco aceptaron, eso me dolió mucho porque me truncaron mi futuro; en ese tiempo iba a ganar medio millón de lempiras, pero Victoria no lo permitió, al final me cedieron de gratis a Real España”.

LESIÓN AL “MATADOR”
Sobre la polémica lesión de clavícula del “Matador” olimpista Wilmer Velásquez, manifestó: “La lesión de Wilmer fue una jugada circunstancial, a él le filtraron un balón, la cancha estaba húmeda y me barrí para anticipar, pero Wilmer la punteó y apenas le rocé con el taco, pero en la caía aparatosa se fracturó, luego la gente me tildó de asesino, incluso a Wilmer le reclamé fuerte porque había dicho en los medios que lo había lesionado con intención y que era un cerdo, le dije que me reclamara de frente, pero no lo hizo y terminó culpando a los medios”.

ADEMÁS...

ViCTORIA:
El equipo que amo.

MOTAGUA:
La institución que mejor me trató en mi carrera.

SAMBULÁ:
Un gran amigo, líder y consejero.

MAYERS:
Apodo que me puso mi abuela y nadie sabe por qué.

FAMILIA:
Es lo más importante en la vida.

LA PELOTA
Mi mejor aliada durante 15 años.

AMIGOS
Tengo muchos y me apoyan.