Es muy probable que en las Hibueras de las contradicciones, unos estén a favor y otros en contra, con eso de que el estado subsidie a los equipos de la Liga Nacional, en el plan de emergencia y rescate para la vuelta al fútbol, en los próximos meses. Estás peticiones yo no las veo, por ejemplo, en los gobiernos cercanos como Guatemala,El Salvador y Costa Rica.
Yo no he visto que el comandante Bukele en El Salvador y Carlos Alvarado en Costa Rica, le den billete a las ligas de fútbol de esos países. Los ticos reanudaron su campeonato, ya están por finalizarlo, sin público en los estadios, sostenidos por sus patrocinadores y derechos televisivos. Estos ticos están tan avanzados que el Saprissa, el más grande de ese país, le vendió sus derechos a la trasnacional ESPN, por muchos miles de verdes.
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Todo ha surgido en una iniciativa de tres arraigados exfutbolistas, dos de ellos exseleccionados nacionales, Jaime Villegas, Gilberto Yearwood y Alberto Chedrany, quienes siguiendo instrucciones del presidente, Juan Orlando Hernández, trabajan en un operativo que permita conseguir fondos públicos.

Jaime Villegas, a petición del presidente Juan Orlando, ha iniciado las pláticas para poder conseguir fondos y reactivar el deporte en el país.
El problema aquí es que muchos no hacen, ni dejan hacer, por su fanatismo político. Son fundamentalistas y antisistema, que se oponen a todo lo que huele a pisto del estado.
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Aunque comprendemos que los equipos de fútbol, de primera y segunda división, por ejemplo, están atascados en una profunda crisis económica, no solo por el Covid-19, sino por sus descontroles en sus compulsivas inversiones, también es cierto que estos clubes son instituciones con fines de lucro que no tendrían porque estar atenidos a recursos del Estado o provenientes de Juan Pueblo.
Y lo peor que para saciar el apetito de estos directivos están pidiendo una 'carretilla' de 27 millones de lempiras, poco más de un millón de verdes, que por instrucciones del mandatario, doña Rocío deberá buscar de dónde los consigue, con el colapso económico y sanitario que vive el país, producto de la crisis sanitaria.

El dinero se repartiría para la Liga Nacional y también para la Liga de Ascenso.
Los recursos, en el caso de ser aprobados, serán utilizados para movilizaciones de los equipos, pagos de alojamiento, alimentación y honorarios a los árbitros, entre otros, eso debido a que los encuentros se disputarán a puertas cerradas, solo con cobertura de las televisoras, las radioemisoras y los medios impresos y digitales.
El anhelo de la Liga Nacional, así lo plantearon en una reunión reciente, es iniciar la temporada 2020-2021 el 8 o 15 de agosto próximo, con el mismo formato del ejercicio pasado.
Pero todo depende, así lo ameritan las circunstancias, que los clubes puedan ser inyectados de de los fondos FIFA y estatales. De lo contrario preparemonos para una nueva rebelión del grupo de los chicos, quienes desesperados tendrán que volver a enjaranarse con préstamos bancarios.
Refiriéndonos a las proyecciones que tiene la cúpula que preside Wilito (Guzmán), es de torpes realmente pensar en programar partidos de fútbol en las ciudades con más contagiados y con más letalidad con el Covid-19, Tegucigalpa y San Pedro Sula. La Ceiba en menos proporción. Diz los expositores que para abaratar costos.

La Liga Nacional sostuvo la primera reunión con los políticos el lunes donde los avances han sido significativos.
No sé cuál es la necedad de jugar en las grandes ciudades, con los graves problemas que tienen, si los partidos se jugarán a puertas cerradas, con maniquíes en las gracias me imagino, como hacen en la Bundesliga.
Como no se trata solo de criticar, la propuesta nuestra es que los equipos del centro jueguen en Danlí, Juticalpa y Choluteca, los del norte en Siguatepeque y Comayagua, en la ruta del CA-4, como lo hace la Liga de Ascenso, con sus divisiones territoriales.

Solo falta que nos salgan que no habrá descenso, la idea que tienen varios en la cabeza, para terminar de quitarle el atractivo al campeonato, o que muchos equipos jugarán con muchos futbolistas reservas.
Señores no maten a la gallina de los huevos de oro.