Aunque parezca tentador, no comas mientras estás jugando; estos son los problemas que conlleva
La imagen del gamer, en la cultura popular, siempre lo muestra comiendo comida chatarra mientras juega, pero lo cierto es que hay estudios que demuestran el daño que hace a nuestro organismo comer mientras jugamos.
En la era digital, los videojuegos se han convertido en una forma popular de entretenimiento. Sin embargo, existe una práctica común entre los jugadores que puede tener consecuencias negativas para la salud: comer mientras juegas. Aunque pueda parecer inofensivo, diversos estudios han demostrado que esta combinación puede ser perjudicial tanto para el bienestar físico como mental. En este artículo, exploraremos las razones por las cuales no es recomendable comer mientras se disfruta de los videojuegos.
El acto de comer requiere de nuestra atención para masticar, tragar y deglutir adecuadamente los alimentos. Sin embargo, cuando nos enfocamos en un videojuego, nuestra concentración se desvía hacia la pantalla y las acciones del juego. Esta distracción puede llevar a una ingesta descontrolada de alimentos y, en consecuencia, a problemas de alimentación como comer en exceso o de forma poco saludable. Un estudio publicado en la revista Appetite en 2016 encontró una relación directa entre comer mientras se juega y un mayor consumo de alimentos poco saludables, lo cual puede contribuir al aumento de peso y a la aparición de enfermedades relacionadas.
Cuando estamos inmersos en un juego, es común que comamos rápidamente y sin prestar atención a las señales de saciedad que nuestro cuerpo nos envía. Esto puede provocar una digestión deficiente y malestar gastrointestinal, como indigestión, acidez estomacal e incluso náuseas. Un estudio de la Universidad de Keele en el Reino Unido, publicado en la revista Appetite en 2013, encontró que los jugadores que comían mientras jugaban experimentaban una menor satisfacción después de comer, lo que indica una conexión entre la distracción y la ingesta inadecuada de alimentos.
Además de los riesgos para la salud, comer mientras se juega puede tener implicaciones para la higiene personal. Los controles y dispositivos de los videojuegos pueden acumular residuos de alimentos, lo que puede generar bacterias y gérmenes que podrían propagarse a través de las manos. Un estudio realizado por la Universidad de Arizona en 2012 encontró que los controles de videojuegos pueden albergar más bacterias que algunos objetos de uso diario, como los inodoros. La combinación de alimentos y videojuegos puede aumentar el riesgo de infecciones y enfermedades transmitidas por contacto.
Mientras que los videojuegos pueden ser una forma válida de relajación y entretenimiento, el hecho de comer mientras se juega puede interferir con nuestra relación con la comida y afectar negativamente nuestra salud mental. La distracción constante de los videojuegos puede dificultar el disfrute de la comida y la experiencia de alimentarse de manera consciente. Además, un estudio publicado en el International Journal of Eating Disorders en 2017 encontró una asociación entre comer mientras se juega y un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, como la alimentación compulsiva.
Aunque pueda parecer una práctica inofensiva, comer mientras juegas videojuegos puede tener consecuencias negativas para nuestra salud física y mental. La distracción y falta de atención pueden llevar a una ingesta descontrolada de alimentos poco saludables, comprometer la digestión y afectar la higiene personal. Además, esta combinación puede interferir con nuestra relación con la comida y aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Por lo tanto, es importante ser conscientes de los efectos negativos de comer mientras jugamos y considerar alternativas más saludables, como tomar descansos para comer adecuadamente y disfrutar de los videojuegos de manera más equilibrada.
