Ya pasó un año desde el desastroso estreno de Cyberpunk 2077, aquel título que prometía tanto y que resultó ser todo lo contrario, pues las prisas de la desarrolladora CD Projekt Red terminaron por afectar de manera negativa el desarrollo del título, que salió prácticamente crudo al mercado y que, a día de hoy, todavía es difícil de jugar por los múltiples bugs, glitch, freezeos y cierres repentinos de la aplicación.
Por supuesto que antes del estreno, la compañía polaca convirtió las expectativas sobre el juego en algo de escala gigantesca, cavando su propia tumba en el proceso, pues resulta imposible que el área de control de calidad no supiera el estado en el que el juego saldría a la venta, por lo que es seguro decir que CD Projekt Red estaba plenamente consciente del terrible rendimiento del título.
Una de las cosas que más llamó la atención al público cuando los primeros tráileres del título fueron publicados, fue la aparición del actor Keanu Reeves, que interpretaría a Johnny Silverhand, quien es un personaje importante en la trama del videojuego. La presentación en vivo de Reeves durante la E3 de 2019 emocionó al público a más no poder, con su frase que se convirtió en parte de la historia “you’re breathtaking!”.
En noviembre de 2020, el directo de CD Projekt Red, Adam Kicinski, aseguró durante una entrevista que Keanu Reeves estaba jugando Cyberpunk 2077, y no solamente eso, sino que también dijo que el juego le encantaba. Estas declaraciones han sido desmentidas, quizás “sin querer queriendo” por el propio Reeves, durante una entrevista con el portal de The Verge.
En la entrevista, que era por el lanzamiento de la película The Matrix Resurrections (a estrenarse este 22 de diciembre), el entrevistador preguntó al actor si jugaba videojuegos, a lo que respondió que no. El entrevistador insistió, “¿ni siquiera a Cyberpunk?”, pregunta válida, pues él aparece en el juego. A lo que Reeves respondió “he visto demostraciones, pero jamás lo he jugado”.
Sin duda un momento incómodo para todos quienes todavía recuerden las declaraciones de la compañía, y peor viendo el recibimiento que el juego recibió y el hecho de que a día de hoy, más de un año después de su estreno, todavía no sea jugable y su precio se haya reducido a un tercio de su valor original, representando pérdidas importantes para la compañía.