Diez Gaming

La muerte de la creatividad

En un mundo gobernado por remasters, remakes y reboots, parece que no hay espacio para obras originales.

2022-06-15

Desde hace unos años, la industria del entretenimiento entró en una etapa de decadencia creativa, donde ya no existen ideas nuevas y frescas, sino que se modifican ligeramente fórmulas que han funcionado en el pasado y se venden como algo novedoso. Basta con ver la cartelera de cine cualquier día del año para ver que se exhibe una o más películas que se derivan de otras.

La muerte de la creatividad

Este fenómeno lo experimentan principalmente las industrias del cine y de los videojuegos, que hace mucho tiempo no se arriesgan con obras nuevas, puesto que las mismas de siempre funcionan bien y generan muchas ganancias. Netflix nos trae un remake tras otro de películas clásicas, su calidad es bastante baja en comparación de las obras originales, y la crítica suele destrozar estas cintas, pero los números siguen subiendo.

Lo mismo ocurre con el mundo de los videojuegos, donde empresas como Rockstar, Capcom y Nintendo son capaces de vender exactamente el mismo juego varias veces en un periodo de varios años. A precio de nuevo. Esto, que se ha convertido prácticamente en un meme, es en realidad más serio de lo que creemos, y a la larga, termina afectando de manera sumamente negativa al consumidor.

Nos han acostumbrado a tener estándares tan bajos, que las empresas pueden presentar un producto mediocre, y aún así, recaudar millones de dólares en ventas. Estas acciones, que podríamos fácilmente catalogar de ‘anticonsumidores’, no son realmente una causa, sino una consecuencia, ¿qué significa esto?, que somos nosotros mismos, los consumidores, que hemos provocado esta situación.

Al comprar juegos baratos a precios exorbitantes sin pestañear, al pagar por entradas al cine para una película terrible, perpetuamos que las empresas sigan realizando este tipo de prácticas, y que continúen ofreciendo los mismos contenidos, pero disfrazados de obras originales. En remaster tras otro, un remake tras otro, las mismas películas, los mismos juegos, una y otra vez.

Prohibido pensar: tomemos algo que ya se ha visto y vendámoslo de nuevo, al fin y al cabo, la gente terminará comprándolo”. Somos parte del problema, como consumidores, debemos exigir calidad, si es que las empresas quieren nuestro dinero, pero no resulta justo pagar a precio de nuevo algo que ya se ha visto. Cuando una remasterización o un remake NO están justificados (porque una obra de 20 años claro que lo necesita) no estamos obligados a volver a pagar por un mismo producto.