[Reseña] Railgrade: ¡todos a bordo!, el simulador de gestión ferroviaria se complementa con aspectos fuera de género

Plataforma reseñada: Nintendo Switch

Los simuladores de construcción de ciudades definitivamente no son juegos para todo el mundo. Son más bien un género de nicho que, aunque ofrece horas interminables de entretenimiento ―al no contar con un final―, se quedan sin aprovechar su máximo potencial porque la gente no se atreve a darle una oportunidad. Railgrade plantea cambiar ese escenario y ser más accesible para todos los públicos.

En este caso, estamos, concretamente, ante un simulador de construcción y gestión ferroviaria, es decir, trenes. Desarrollado por el estudio Minakata Dynamics, este título combina varias cosas que apasionan a los jugadores que acostumbran adentrarse al mundo de los juegos de gestión, pero también incluye características pertenecientes a juegos de puzles, aunque en menor medida, y en general, entra en la categoría de los juegos tycoon.

¿Es esto algo positivo? Por supuesto. No hay que ser un verdadero amante de los juegos de gestión, ni mucho menos de los trenes, para poder disfrutar de Railgrade en toda su maravillosa obra. Pero para comenzar a hablar de él, es imperativo hablar de sus mecánicas y su sistema de juego general. Como mencionamos, Railgrade es un simulador de gestión y construcción, pero hay otras cosas que vale la pena mencionar.

Railgrade ofrece total libertad al jugador a la hora de encontrar la resolución ideal para cualquier problema que surja en las vías. Podemos colar las vías del tren prácticamente donde queramos. Las fábricas serán sencillas de gestionar al mostrar con detalle las carencias y los elementos que ofrece. En esencia, el juego es sumamente intuitivo, y el diseño de menús utilizado por Minakata Dynamics es muy acertado. El juego trata con cariño a los jugadores que no están acostumbrados al género.

Si no tienes conocimiento sobre cómo funciona realmente un sistema ferroviario, no hay ningún problema, porque el juego no se meterá en cuestiones demasiado técnicas que terminarían por estropear la experiencia. Aunque esto no significa que no se tome lo suficientemente en serio los elementos y las mecánicas de los distintos tipos de caminos/vías que se pueden utilizar para completar los escenarios.

¿Cuál es la mejor ruta para ir de un punto A a un punto B? Solo el jugador sabrá, y es el único que puede decidirlo. Railgrade es amable, pero justo, y no dudará en poner algunos escenarios que costará mucho adiestrar y completar, pero con la cantidad de recursos que ofrece el mismo juego, y la cantidad también de posibilidades para completarlos, estos desafíos se traducen a horas de diversión.

Gráficamente, estamos ante lo que puede ofrecer la reducida potencia de la Nintendo Switch, aunque no podemos ponernos exigentes, pues sabemos que los juegos de gestión necesitan poder renderizar, generar, y otras palabras que terminan en “ar” los elementos con los que jugamos en tiempo real, y ofrecer mejores resoluciones gráficas impactaría directamente en el rendimiento del juego.

La banda sonora, por otro lado, se ajusta de manera excelente a lo que vemos en pantalla. Sin mencionar que incluso podremos ir desbloqueando nuevas pistas a medida que vayamos avanzando entre los distintos niveles que ofrece el juego. En general, la mezcla de sonido y la música se compaginan muy bien y hacen que el ambiente de juego se sienta bastante más relajado, a pesar de lo difícil que sea el desafío.

En conclusión, Railgrade es un juego de gestión de recursos y construcción que sabe bien para quienes debe estar orientado, trayendo al género a propios y a extraños. Es un título que sabe manejar las distintas mecánicas que ofrece su gameplay y termina por convertirse en uno de los juegos del género más completos y entretenidos de lo que llevamos de la década.