Rostros tristes, abatidos y un desertor: Así fue la llegada de Honduras a Los Ángeles
Esta es la historia de amor entre dos hermanos centroamericanos, que en el tren de la vida pudieron conocerse en suelo norteamericano y ahora forjan una vida junta entre el amor, los negocios y la valentía de salir adelante en las tierras del Tío Sam.
Ella (Miriam) era propietaria del negocio (Sazón K-Tracho) y además tenía que hacer de todo.
'Era la dueña, pero también atendía y cocinaba, ahí nos conocimos, fuimos platicando, conociéndonos más y así fue pasó el tiempo. Luego salió la oportunidad de hacer un número dos del restaurante por gracia de Dios', cuenta Miriam.
Luego, don Maximiliano relata cómo se enamoró de Miriam, una hermosa catracha con rasgos típicos de las mujeres de Copán.
'Todos venimos con una idea, uno se encuentra con diferentes personas, uno no se fija de qué nacionalidad es, el amor llega, el corazón lo dirige a uno. Los siete años que tenemos han sido muy bonitos. Es una mujer luchadora, muy emprendedora'.
Viven al máximo el duelo Honduras-El Salvador
En vísperas de un nuevo duelo entre Honduras y El Salvador, en esta Copa Oro 2019 y tras el fracaso de la escuadra catracha, ambos han vivido el torneo de diferente manera, pues sus selecciones están en situaciones distintas.
“Aquí estamos apoyándonos mutuamente, no pasamos, pero apoyaremos El Salvador ahora. Lamentablemente a Honduras no le salieron las cosas como esperaban, para seguir esta fiesta, esperamos que El Salvador continúe”, explica doña Miriam.
Por su lado, Maximiliano, que luce la camiseta blanca y azul de la “Selecta”, asegura que: 'Nosotros llevamos el país, los colores, pero cuando se trata de Centroamérica nos apoyamos entre todos'.
Miriam, quien también se viste con la camisa de la H, pese al momento amarga que hemos vivido en la Copa Oro, cuenta que en estos partidos, como el del martes, independientemente de las circunstancias, disfrutan mucho cuando hay un partido entre Honduras y El Salvador.
'Lo bueno es que podemos celebrar los goles los dos, no hay tristeza, no hay enojo porque les tenemos cariño a los dos países'.
Lo que sí no hay en la previa en este tipo de partidos, en la casa de Miriam y Maximiliano, no hay apuestas, pero sí hay sacrificios, como de él, que en su momento le ha tocado ponerse la camiseta de Honduras. “Ja, ja, ja. Lo hago para que todo marche bien, hay que aceptarlo'.
Dice Maximiliano que en esta Copa Oro le ha tocado consolarla. “Lo hago un poco retirado porque me toca consolarla cuando falla los goles el Choco Lozano, toca alejarme, quiere tirar patadas”.
Para finalizar, Miriam envía un mensaje a todos los catrachos que están dolidos por la eliminación de Honduras en la Copa Oro 2019: 'Se entiende que estén dolidos, que tengan los ánimos bajos, pero esto solo es fútbol, si no se puede ahora, será en la próxima'.
Entre el trajín del negocio, atender bien a sus clientes, expandirse como emprendedores, seguir haciendo que su amor crezca, esta pareja compuesta por un salvadoreño y una hondureña, son un ejemplo de que las fronteras, nacionalidades o colores deportivos, no existen cuando se trata de salir adelante.