Así se traducen los últimos minutos vividos en el Anfield, escenario que fue testigo en primer plano de la clasificación de Liverpool ante el Barcelona, a la final de la UEFA Champions League tras un tiro de esquina mágico, pintoresco y pícaro.
Los instantes finales del juego con la ventaja (por tres goles) para el equipo local no bastaban para terminar de sumergir al conjunto catalán bajo una nube roja, fue como una película de tensión y drama mientras los fanáticos locales empujaban incansablemente desde las gradas con su “You'll Never Walk Alone”, robándose cada suspiro y alardeando en cada jugada haciéndose sentir, hasta que el milagro llegó.
En el minuto 79´ la lección para el mundo del fútbol iba a llegar en una asistencia de Trent sucedido de un descuido espantoso del Barcelona en un tiro de esquina.
Lo sucedido en el escenario inglés fue un drama soñado, una apuesta por el nunca desistir, un guion nunca escrito, y peor aún, ni imaginable ante la picardía y viveza de Trent Alexander-Arnold para asistir a Divock Origi que no vaciló para sentenciar el juego.
Con ello los ingleses consiguieron su clasificación a la final del torneo europeo que se disputará en el estadio Wanda Metropolitano (Madrid, España), lugar donde esperan levantar su sexto título.
Su rival se conocerá del resultado entre Ajax y Tottenham que disputará el encuentro de vuelta este miércoles 08 de mayo en Holanda.
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