Un día después de la estrepitosa y humillante caída del Barcelona en Roma, el Real Madrid no podía permitirse el lujo de repetir la historia. Estaba avisado. El Roma enseñó el camino al Juventus y los hombres de Zidane sabían perfectamente lo que podía pasar.
Sí, tenía que ocurrir un milagro. El más parecido lo firmó el Spartak Moscú en 1991, cuando ganó 1-3, pero ni ese resultado servía al Juventus. Mucho tiempo había pasado, aunque todo podía ocurrir. Esa es la salsa del fútbol. Y más cuando el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en una entrevista dijo que como casi siempre, en semifinales le tocaría el Bayern Múnich.
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Massimiliano Allegri, sin embargo, acudió a la cita como un cordero degollado. 'Tenemos pocas opciones', aseguró. Pero por dentro, en el vestuario, seguro que el mensaje fue otro, porque sus jugadores salieron al campo como un volcán en plena erupción. Arrasaron en los primeros diez minutos, revolucionaron la eliminatoria y pusieron nerviosos a novedades como Jesús Vallejo.
El defensa blanco pareció acusar la trascendencia del partido. No se compatibilizó bien con Raphael Varane y, además, Douglas Costa desestabilizó continuamente a Marcelo. Y, con esos agujeros, y sin la jerarquía de Sergio Ramos, en el segundo minuto, llegó el primer gol del croata Mario Mandzukic, que remató un centro desde la banda derecha de Sami Khedira. Se avecinaba un buen lío.
Este primer gol de Mandzukic puso a temblar al madridismo.
Entonces apareció Toni Kroos para calmar el ímpetu italiano. El centrocampista alemán fue el único capaz de aportar alguna idea en medio de la tormenta. Modric estaba espeso y su compañero dio un respiro de media hora al Real Madrid en una buena pelea con Miralem Pjanic. El bosnio no estuvo en la ida por sanción y su equipo lo notó. Con él sobre el césped fue otro. El Juventus tenía un buen director de juego.
Pero Kroos, de vez en cuando, consiguió comerle el terreno y el cuadro blanco, pese a sus errores y carencias, logró sumar alguna ocasión. Entonces, apareció Gianluigi Buffon, que se iba a despedir de la Liga de Campeones y quería hacerlo a lo grande.
Salvó un mano a mano ante Isco, otro disparo del malagueño y un remate de Bale, otra vez casi desaparecido en combate empeñado en dar bandazos a pierna cambiada. El galés sigue sin aportar demasiado y perdió otra oportunidad de demostrar que puede asentarse en el once. Sentó a Benzema y firmó una primera parte para el olvido.
Y en medio de esa aparente felicidad, apareció de nuevo Mandzukic con su cabeza de lujo para batir a Keylor Navas en una jugada parecida a la primera. El croata se fajó de un timorato Casemiro e hizo su segundo tanto. Del lío, de repente se pasó al terror. Miedo, era la palabra que mejor definía el ambiente que se respiró en el Bernabéu al descanso, al que se llegó con un cabezazo de Varane al larguero.
CAMBIOS SORPRESIVOS
Zidane no esperó tanto a hacer cambios como Ernesto Valverde el día anterior en el Barcelona. No quería tonterías y en la segunda parte salieron Lucas Vázquez y Marco Asensio. Se fueron Casemiro y Bale. El galés fue señalado, ya no hay patente de corso en el Bernabéu. Si no funcionas, fuera. Y más cuando te juegas toda la temporada en 45 minutos.
Con esas novedades, el técnico francés consiguió controlar un poco más la pelota y el ímpetu turinés se frenó. Pero la inquietud flotaba en el ambiente, porque el Real Madrid tampoco generaba peligro y se mascaba la tragedia. En cualquier acción aislada podía llegar. Y, a falta de media hora, ocurrió lo que le destino tenía preparado a los blancos cuando a Keylor Navas se le escapó un centro que rebañó Matuidi para poner el 0-3 en el marcador.
Grave error de Keylor Navas en el tercer gol de la Juventus.
Encima, el Real Madrid seguía sin generar nada. El Juventus no dejaba huecos y de vez en cuando rondaba el área de Keylor Navas. Y en las pocos acercamientos blancos, aparecía Buffon, inmenso en el que decían que iba a ser su último partido europeo.
Por lo menos, en los últimos diez minutos, el Real Madrid tiró de casta. Sin ideas, no había otra opción. Y con arrestos, de nuevo Varane, tras revolverse en el área, y Cristiano, con un cabezazo, pudieron hacer el tanto que habría dado la clasificación al Real Madrid.
Pero el fútbol es caprichoso y cruel. Cruel para el Juventus, que firmó una gran actuación. Mereció mucho más. Murió en la orilla porque Cristiano Ronaldo marcó de penalti en el tiempo añadido. Benatia cometió una pena máxima sobre Lucas Vázquez, Buffon desesperado fue expulsado y acabó como Zidane en el Mundial su aventura en Europa.
Aplaudido por todo el estadio, el portero italiano se marchó cabizbajo mientras esperaba la sentencia desde la banda. Cristiano no falló, salvó la temporada del Real Madrid y el equipo de Zidane seguirá con vida en un partido en el que el Juventus engrandeció el fútbol.
Así celebró Cristiano Ronaldo el gol de penal ante la Juventus.
1 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Vallejo, Marcelo; Kroos, Casemiro (Asensio, min 46), Modric (Kovacic, min. 75), Isco; Bale (Lucas Vaázquez, min 46) y Ronaldo.
3 - Juventus: Buffon; De Sciglio (Lichtsteiner, min. 17), Benatia, Chiellini, Alex Sandro; Khedira, Pjanic, Matuidi; Douglas Costa, Higuaín(Szcesny, min. 96) y Mandzukic.
Goles: 0-1, min. 2: Mandzukic; 0-2, min. 37: Mandzukic; 0-3, min. 61: Matuidi; 1-3, min. 97: Cristiano, de penalti.
Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Mostró cartulina amarilla a Pjanic (min. 17), Mandzukic (min. 27), Lichtsteiner (min. 35), Álex Sandro (min. 66), Matuidi (min. 73) y Benatia (min. 90) por parte del Juventus y a Carvajal (min. 22), Marcelo (min. 80) y Vallejo (min. 84) por parte del Real Madrid. Expulsó con roja directa a Buffon (min. 93)
Incidencias: partido correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante cerca de 60.000 espectadores.