En efecto, en el estadio Kim Il Sung no había ni aficionados ni periodistas extranjeros para presenciar este choque entre dos naciones técnicamente en guerra, que tampoco fue retransmitido en directo.
El único eco hecho público del partido (primer enfrentamiento en Corea del Norte en una competición masculina de fútbol) llegó procedente de la página de internet de la FIFA y de la Confederación Asiática (AFC), con permiso para divulgar una escueta información.
Así pues, los aficionados surcoreanos deberán esperar varios días antes de poder, quizá, visionar este partido que la AFC presentó como 'uno de los partidos más esperados' desde hace años.
'Corea del Norte prometió dar a nuestra delegación antes de irse un DVD con todas las imágenes del partido', anunció en un comunicado el ministerio surcoreano de la Unificación, responsable de la diplomacia entre las dos Coreas.
Mientras tanto, la crónica deportiva destaca que Corea del Sur realizó sus tres sustituciones por dos de sus vecinos del norte. Y que los dos equipos recibieron dos cartulinas amarillas cada uno.
La imagen del partido será en todo caso, por inaudita en Pyongyang, la de la bandera de Corea del Sur ondeando en el estadio, según las fotos difundidas por la Federación Surcoreana (KFA).
En esas imágenes se podía apreciar asimismo como los potentes focos de luz artificial inundaban las gradas coloreadas, pero vacías.