Demuelen el estadio donde Brasil y Pelé tocaron la gloria

Un pedazo de la hierba sobre la que Pelé cimentó su mito, uno de los banderines del estadio donde jugó durante décadas el AIK Solna o un par de asientos de una grada levantada en 1937. El pasado domingo el mítico Rasunda, el estadio nacional de Suecia, sufrió un saqueo organizado antes de su derribo definitivo.

La cita reunió a unas 5.000 personas a las puertas del estadio. Los aficionados delataban que no estaban allí para ver un partido de fútbol, sino para arrancar cualquier pedazo del mítico recinto para plantarlo luego en el salón de casa.

Todo valía durante dos horas. Alguno se presentó incluso con una amoladora angular para cortar con gran precisión una de las porterías, aunque la mayoría se decantó por llevarse a casa un pedazo de césped.

El último partido internacional disputado en el mítico estadio se jugó el pasado 15 de agosto entre Brasil y Suecia para conmemorar la final del Mundial de 1958 disputada en este mismo escenario. Igual que 54 años atrás, la selección sueca recibió una abultada derrota.

De los hechos que se recordarán para siempre de este coloso es que Brasil ganó su primer título de la mano de un jovencísimo Pelé de 17 años que se dio a conocer al mundo y comenzó a marcar un mito.