Los investigadores han recuperado la cabeza del kamikaze y han hallado rodamientos de bolas usado por el terrorista a modo de metralla, para causar más víctimas.
'El balance subió a 64 muertos. Las operaciones de rescate continúan', declaró Muhamad Usman, un alto responsable administrativo de la ciudad de Lahore, agregando que los militares se desplegaron en el lugar.
'Hemos necesitado la ayuda del ejército. Los militares llegaron al lugar y ayudan en las tareas de rescate y de seguridad', explicó.
El objetivo del ataque, que tuvo lugar entre una de las entradas al recinto y la zona de columpios en la que se agolpaban los niños, serían los cristianos reunidos para celebrar la fiesta del final de la Semana Santa.
Según este alto responsable, mujeres y niños figuran entre las víctimas y el balance podría subir, puesto que hay varios heridos 'en estado crítico'.
'Al parecer se trata de un atentado suicida (...) El parque estaba lleno este domingo', declaró a la AFP Haider Ashraf, oficial de policía. Agregó que se habían encontrado rodamientos en la plaza.
Testigos de la explosión han explicado que las víctimas están siendo trasladadas a hospitales en taxis y carricoches. Hay más de 23 ambulancias en el lugar del atentado.
La deflagración se produjo en un aparcamiento cerca del parque Gulshan-e-Iqbal, próximo al centro de la ciudad, donde la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua.
Gran parte de las víctimas son mujeres y niños que son trasladados por ambulancias y taxis a centros de salud de la zona. Testigos han afirmado que no había presencia policial en el parque, lo que permitó que el suicida actue con mayor libertad.