'Estoy muy feliz de llegar a una marca así. Ojalá pueda festejar con otro triunfo y de una vez por todas levantar una Copa', dijo el crack del Barcelona en una entrevista publicada el jueves por el diario argentino La Nación.
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Desde su llegada a Chile, ni Messi ni el resto de sus compañeros han ocultado el objetivo del equipo de Gerardo Martino: poner fin a la sequía de 22 años sin un gran título internacional y tomarse revancha de la final del Mundial Brasil-2014 perdida frente a Alemania.
Una década han pasado casi desde su rocambolesco debut con la casaca albiceleste el 17 de agosto de 2005, en un amistoso frente a Hungría de la mano de José Pekerman, hoy seleccionador colombiano.
SIN CELEBRAR
Casado con Antonella Roccuzzo, padre del pequeño Thiago y a la espera de su segundo hijo Benjamín, Messi confesó que a lo largo de estos cien partidos con Argentina le ha tocado 'vivir experiencias increíbles, muy lindas', aunque 'lamentablemente sin ningún título'.
El crack sabe que para entrar en el olimpo de los mitos del fútbol, como su compatriota Diego Maradona, no basta con jugar extraordinariamente bien. Hacen falta copas. Y si por ahora no la del mundo, la de América no está mal para empezar.
Hasta ahora participó en dos y de ambas se marchó golpeado, ya que en Venezuela-2007 perdió la final 3-0 ante Brasil y en Argentina-2011 fue eliminado por Uruguay en penales en cuartos.
En doce partidos (contando la actual Copa en Chile) ha marcado apenas tres goles, una producción goleadora insuficiente para lo que se espera del genio, que el próximo 24 de junio cumplirá 28 años.
En los Mundiales tampoco ha tenido suerte hasta aquí.
En Alemania-2006 fue un suplente de lujo y, aunque marcó un gol en su debut ante Serbia y Montenegro (6-0), vio desde el banco la eliminación de su equipo ante los anfitriones en cuartos de final.
En Sudáfrica-2010 llegó como uno de los líderes del equipo de Maradona, pero no fue determinante y se marchó sin ningún gol en cinco partidos y en lágrimas, otra vez eliminado por los alemanes y por goleada en la misma instancia.
Y en Brasil-2014 marcó cuatro tantos en siete encuentros y llegó a las puertas mismas de la gloria. Un gol del alemán Mario Götze en el minuto 113 de la final en el Maracaná lo dejó con las manos vacías ante su bestia negra.