'Ya no podemos conformarnos solo con clasificar, eso debe ser una asignatura normal. La de ahora debe ser repetir lo que se hizo en los Juegos Olímpicos o la Sub-17 en Emiratos Árabes Unidos que puso el nombre de Honduras en alto. Es el compromiso que tenemos', afirmó el seleccionador hondureño, Jorge Jiménez, a la prensa catracha antes de emprender viaje a Oceanía.
Tras dos ediciones mirando la Copa del Mundo por televisión, Honduras Sub-20 vuelve a codearse con la elite mundialista con el impulso moral que le genera ver qué han logrado los restantes equipos juveniles que componen el cuadro de menores de la Federación Hondureña de Fútbol (FENAFUTH), que han hecho historia en los últimos años.
Y todo ello contextualizado en que la selección absoluta viene de disputar las últimas dos Copas del Mundo (Sudáfrica-2010 y Brasil-2014), por lo que la afición catracha sueña en grande una vez más.
El primer hito 'la miniH puede' lo generó la Sub-23, que disputó los Juegos Olímpicos de Londres-2012 y vendió cara su derrota en cuartos de final, tras dejar en el camino a la superfavorita España con campeones mundiales incluidos.
El elenco del entrenador Jorge Jiménez dispuso un planteo tradicional con un dibujo 4-4-2, con dos bombarderos arriba como Bryan Rochez y Alberth Elis capaces de amargar a cualquier rival.
'Somos un equipo que crea posibilidades de gol, pero falta el manejo de juego', reconoce el timonel catracho, que también apuesta gran parte de sus fichas a la explosión en Oceanía de Deybi Flores, volante del Vancouver canadiense.
'Tenemos que seguir ganando en confianza', añade Jiménez, quien asistió al ver el sorteo del Mundial en Auckland y vio como su equipo quedó encuadrado en el grupo F junto con el campeón europeo Alemania, la debutante Fiyi y Uzbekistán, elenco asiático contra el que debuta el 1 de junio en Christchurch y allí podría jugarse gran parte de sus chances de hacer historia y alcanzar el objetivo de pasar a octavos de final por primera vez en su historia.