Esta cita bíblica la pone en práctica el volante del Motagua Héctor Castellanos, indiscutible en el conjunto azul que busca un nuevo bicampeonato y para ello debe vencer al Honduras Progreso.
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El contención es un claro ejemplo de superación, pues a base de esfuerzo en cada entrenamiento se agenció la titularidad y de cara a la final tiene un objetivo claro: ser campeón para terminar la casa que le está construyendo a su señora madre.
Castellanos habló con DIEZ y contó sobre sus proyectos de vida que van más allá de tener casas lujosas o varios carros, él asegura que con la ayuda del fútbol y su buen rendimiento el legado que busca dejar es brindarle la mano a las personas más importantes en la vida: su familia.
“Gracias a Dios que estamos acá en Motagua y estamos ahí luchando, lo bueno es que salimos campeones la temporada pasada y comenzamos a construirle la casa a mi mamá, mi papá es albañil y está trabajando con otros muchachos, quiero quedar campeón para terminarle la casa a mi mamá”.
“Mi padre venía a Tegucigalpa a pegar cerámica en varios centros comerciales, además él me llevaba a trabajar para que yo hiciera dinero y tener en Navidad, yo iba como ayudante de albañil cuando estaban haciendo un complejo hotelero de Tela, así yo me compraba mi mudada en Navidad. Mi madre se levantaba a las 3:00 am y hacía baleadas, también llevaba jugos naturales y se iba en una bicicleta, ella me llevaba a mí a vender”.
AYUDA A SUS HERMANAS
El futbolista menciona que la bendición de hacer lo que le gusta se lo retribuye también a sus hermanas y lo explica: “Con mi padre le estamos dando el estudio a mis hermanas, una tiene 19 años y está en la universidad privada, la otra tiene 14 años y la tenemos en un colegio privado, cuando yo cuelgue los tacos con lo que me voy a quedar no es la cantidad de dinero o los carros que tenga, yo me voy a quedar con las satisfacción de ver a mis hermanas graduadas de la universidad, que sean alguien en la vida y sean unas muchachas importantes para que no dependan de nadie, además que mi mamá tenga una casa humilde”.
“Nadie nos ha regalado nada, te voy a ser sincero que para mí es una revancha, no queremos fallar en esta final, conocemos muy bien al rival. Quiero que se lea mi nombre y el de mis compañeros como los jugadores que le dieron a Motagua otro bicampeonato, Dios mediante lo obtengamos”, concluyó Castellanos.