Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Gwangju, en Corea del Sur, hicieron un experimento que deja en evidencia el comportamiento de la IA frente a las apuestas. Le asignaron 100 dólares ficticios a distintos modelos de lenguaje (GPT-4o-mini, GPT-4.1-mini, Gemini-2.5-Flash y Claude-3.5-Haiku) para jugar en tragamonedas con la libertad de apostar o retirarse en cualquier momento. En conjunto, los resultados no fueron positivos para los modelos. La inteligencia artificial tuvo comportamientos similares al de la adicción al juego en los humanos, y en la mayoría de los casos la condujeron a la bancarrota.
Para la mayor parte de las personas, el juego funciona como un pasatiempo entretenido y controlado, donde se disfruta del proceso sin complicaciones. Solo en un porcentaje reducido de casos algunas personas pueden desarrollar conductas adictivas, un fenómeno que los científicos todavía investigan para entender mejor por qué ocurre y qué factores lo desencadenan.
En cuanto al uso de la IA, puede ser una herramienta realmente útil cuando se emplea de forma consciente. Puede ayudarte a comparar plataformas de casino y encontrar sitios adecuados según tus preferencias, explicar las reglas de distintos juegos y ayudarte a elegir títulos teniendo en cuenta aspectos como el RTP, la ventaja de la casa o la volatilidad. Incluso puedes pedirle que te aclare las condiciones de un bono de casino sin depósito, resumiendo los puntos importantes y explicando cómo obtenerlo y cumplir los requisitos de apuesta. Sin embargo, como mostró este estudio, la IA tampoco está libre de ciertos sesgos, por lo que siempre es importante analizar por tu cuenta las respuestas que ofrece la red neuronal.
Tres señales de adicción mostradas por la IA
El estudio mostró evidencia de distorsiones cognitivas en el comportamiento de diferentes modelos de inteligencia artificial. Es decir, tienen patrones de pensamiento irracionales que interpretan la realidad de manera negativa y afectan negativamente su comportamiento. Uno de los modelos justificó una jugada arriesgada bajo la creencia de que una victoria podría ayudar a recuperar las pérdidas.
Al hacer seguimiento de los resultados, los investigadores identificaron que los modelos de lenguaje interiorizan los patrones compulsivos en lugar de solo imitarlos. Dicho de otra manera, la IA aprendió por sí misma los malos hábitos de apuestas creyendo que sera lo correcto.
Ahora bien, ¿cuáles son las distorsiones cognitivas más populares que afectan a los apostadores, pero que también se evidenciaron en la IA?
Ilusión de control
Es la creencia errónea de que alguien puede influir en el resultado de un evento puramente aleatorio mediante rituales, estrategias o habilidad.
Por ejemplo, entre las personas puede ser lanzar los dados con una técnica y fuerza específica para que el resultado sea exactamente el deseado, o tener “visiones” y jugar a la lotería en torno a ello.
Para la IA, la situación es distinta porque no sigue pasiones ni tiene creencias como el ser humano. No obstante, puede confiar demasiado en sus análisis. El hecho de que un evento jamás haya ocurrido no tiene un valor predictivo infalible. La realidad es que en el azar cualquier resultado es posible y la casa siempre tiene la ventaja.
Falacia del jugador
También existe el pensamiento de que los resultados pasados afectan las probabilidades futuras en eventos independientes.
Si la moneda cae cinco veces cara, podrías creer que sello está a punto de salir. O si en la ruleta sale rojo diez veces seguidas, el negro tiene que salir en la próxima tirada para compensar el tablero. Y esto es un error. Los juegos no tienen memoria: son completamente aleatorios y las probabilidades son exactamente las mismas en cualquier momento.
Obsesión por recuperar las pérdidas
También hay un impulso irresistible de seguir apostando para recuperar el dinero perdido, generalmente con apuestas más grandes y riesgosas. Se crea un círculo vicioso donde las pérdidas acumuladas llevan a decisiones cada vez menos racionales, y profundizan el problema. Este es el camino seguro a la bancarrota.
La IA: una tecnología con sesgos humanos
Ethan Mollick, investigador de inteligencia artificial en Wharton School, de la Universidad de Pensilvania, también arrojó algunos comentarios importantes al respecto: “No son personas, pero tampoco se comportan como simples máquinas”... “Son psicológicamente persuasivas, tienen sesgos de decisión similares a los humanos y se comportan de manera extraña a la hora de tomar decisiones”.
De todo esto se puede concluir que, aunque la IA es una excelente herramienta y puedes utilizarla para apoyarte en tus actividades cotidianas, debes tener cuidado al momento de usarla en aspectos delicados, como la gestión del dinero y las apuestas.
Su toma de decisiones puede tener comportamientos irracionales que tienen efectos negativos. Es decir, puedes obtener recomendaciones de cómo apostar o qué hacer, pero siempre debes añadirle tu propio juicio. La inteligencia artificial aún es una tecnología que aún no es capaz de diferenciar lo irracional de lo sensato cuando la línea es tan delgada como en las apuestas
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