Doce meses después del título en Roland Garros, su caída en cuarta ronda en París ante Victoria Azarenka, la sacaba del Top 10. Unos meses antes comenzaba su inestabilidad. Un síntoma, la ruptura con su coach Sven Groeneveld. Poco después, punto final para la relación con su preparador físico Scott Byrnes, con quien había trabajado durante tres años. Y luego, tras cinco meses, cerró su efímero vínculo con el entrenador Craig Kardon.
Ivanovic se ha venido abajo con su rendimiento en las pistas, incluso en este Abierto de Australia dijo adiós apenas en primera ronda, sumando de esta manera un nuevo fracaso.
En el peor momento de su carrera, un nuevo cambio de timón llegó. Heinz Günthardt, exentrenador de Steffi Graf, comenzó un periodo de prueba. Con él, tocó fondo. Indian Wells 2010 la terminó sacando del Top 30 y la gira por el césped, luego un fallido paso por la capital francesa, la bajó al número 65.
Pese a todo este bajo rendimiento, Ana Ivanovic siempre se mantiene al lado de las grandes del tenis, como María Sharapova, Serena Williams, Agnieszka Radwanska, pero no por su trabajo en las pistas, sino que su belleza la convierte en una de las más buscadas por los patrocinadores. Se convirtió en una tenista comercial.
'No me juzgo por los resultados. Lo hago como persona, por los valores que tengo', señala Ana Ivanovic, que fue sorprendida en Melbourne por la checa Lucie Hradecka, que salió de la fase previa y es la 142 del mundo.
La jugadora europea sigue con su maldición en los torneos de Grand Slam. Desde que ganó el Abierto francés hace siete años solo ha sido capaz de alcanzar los cuartos de un torneo Majors en dos ocasiones.
La jugadora serbia venía de caer en la final de Brisbane antes del Open de Australia, torneo en el que cometió 14 dobles faltas en cuatro partidos. Ivanovic se destaca también por ser la novia del internacional alemán del Bayern Munich y campeón de la Copa del Mundo, Bastian Schweinsteiger.